La sacudida interna del Partido Popular, el terremoto político que se ha llevado por delante a Pablo Casado y a su mano derecha, Teodoro García Egea, ha abierto una ventana de expectativa y de oportunidad para los votantes del centro-derecha. El barómetro del CIS de este mes de marzo confirma que el cambio de rumbo y el golpe de timón de los barones para aupar a Alberto Núñez Feijóo y respaldar también a la madrileña Isabel Díaz Ayuso gusta entre las bases. Ambos líderes están condenados a entenderse y, mientras ese pacto de no agresión se mantenga, parece propiciarse una luna de miel política para el nuevo Partido Popular, que recupera terreno y, también, votantes fugados a Vox.
Si en los momentos de mayor zozobra interna se llegó a temer un posible ‘sorpasso’ por parte de los de Santiago Abascal, lo cierto es que, llegada la calma y ejecutados los cambios, el votante de derechas está en un estado de expectativa. Ese electorado bendice la llegada de un perfil centrista como el de Núñez Feijóo y apoya también que, dentro del PP, conviva otra sensibilidad con fuerte arrastre como la de Isabel Díaz Ayuso. Y al contrario de lo que pueda parecer, o de lo que se pueda criticar desde el Partido Popular Europeo, el acuerdo de gobernabilidad con Vox en Castilla y León tampoco resta. La suma de todos los factores lleva a concentrar el voto de centro-derecha en el Partido Popular.
Feijóo resuelve la crisis interna desatada por el equipo de Pablo Casado, pero no es todavía el líder unitario de la derecha del PP. De ahí que solo pueda crecer en una entente cordial con la presidenta de la Comunidad de Madrid. Según los datos del CIS, solo la mitad de los electores del PP lo prefieren como presidente del Gobierno, mientras que 1 de cada 4 electores populares se decantan por Ayuso, que por ahora sale políticamente indemne y reforzada de las acusaciones sobre los contratos bajo sospecha concedidos a su hermano.
La conclusión es clara: Feijóo llega con expectativas, pero tiene un liderazgo aún por construir a nivel interno. De cómo aprenda a relacionarse con su homóloga madrileña dependerá en gran parte su éxito electoral futuro.
El voto se concentra en el PP
Después de todos los acontecimientos de mitad del mes de febrero y marzo, el PP supera la barrera de los 6,2 millones de votos y logra recuperar voto conservador. Si los comparamos con la matriz resultante del CIS de enero, según nuestros análisis propios de los resultados del CIS, podemos ver más claramente alguno de los movimientos que ha ocasionado la llegada de Feijóo: vemos cómo se ha reforzado el voto ‘popular’ en un 5,3%, y se ha recortado la fuga de votantes del PP hacia VOX un 0,7%.
Se frenan las fugas y crecen, en sentido inverso, los vasos comunicantes que van desde Vox y Ciudadanos al Partido Popular. En marzo y ya con Feijóo como cabeza de cartel, en torno a un 18% de antiguos votantes de Ciudadanos se pasarían ahora al PP, que sumaría en torno al 43% de los electores naranjas. En paralelo, otro 1,2% de votantes de Abascal regresaría a la papeleta del PP, según estos mismos análisis propios. Feijóo llega a recomponer el voto del centro-derecha, y refuerza al elector popular.
VOX y Podemos son los partidos que retroceden respecto al CIS de enero, donde Podemos se situaba en 3,5 millones y 44 escaños, y VOX con 4,1 millones, cerca de un sorpasso que llegó a ser un escenario muy real en los momentos más agudos de la crisis del PP.
Lo que Feijóo ha despertado entre los electores del lado derecho es, por un lado, la ilusión y la expectativa a algo nuevo y, a la vez, ha dejado claro que el mayor activo electoral del PP, Ayuso, ha ganado frente a Casado. Algo que es especialmente valorado entre los votantes de la derecha más a la derecha. Feijóo necesita a los electores de Ayuso de la misma manera que Pedro Sánchez necesita que Yolanda Díaz tenga éxito electoral si quieren conservar La Moncloa.
Feijóo ha conseguido encajar entre el imaginario colectivo de la derecha la idea de que Ayuso sigue siendo un peso fuerte en el PP -con libertad en su camino-, pero a la vez ha marcado, con su propio perfil, un aire de consenso, de pacto y de centrismo. Pareciera que casi ha dejado fuera a los niños, y ha llegado la política de adultos. Por otro lado, el pacto en Castilla y León ha reforzado al PP al enviar un mensaje en positivo de que se puede colaborar con esta formación para cerrar gobiernos en las próximas citas electorales.
De mantenerse todas estas tendencias, Feijóo se encontraría en una mejor posición que su predecesor para ganar las elecciones o formar un gobierno alternativo al bloque de izquierdas.
Francisco Jerez y Carles Salom forman parte del equipo de Asuntos Públicos de la consultora Estrategos