Así lo ha documentado un estudio de la asociación EDMAKTUB que publica la revista ‘Frontiers’, en el que ha cifrado que abril es el mes en el que se producen más colisiones entre rorcuales y barcos.
Durante los meses de la primavera la presencia de cetáceos en la costa catalana es abundante y, según EDMAKTUB, este año, con unas malas condiciones meteorológicas en sus inicios, ha generado una buena situación oceanográfica y trófica, con lo que ha aumentado el número de ballenas alimentándose en la costa catalana, donde ya han avistado una treintena de ejemplares.
La mayoría de las ballenas avistadas en el litoral del Garraf son rorcuales comunes (Balaenoptera physalus) que, con sus 24 metros de longitud, son las mayores ballenas que transitan regularmente el Mediterráneo.
También llamada ballena de aleta, el rorcual común es un animal poco conocido, según la asociación, que este año lleva a cabo su octava campaña del proyecto Rorcual, con salidas diarias para avistar y recoger muestras durante los meses de marzo, abril y mayo.
El estudio de la asociación ha concluido el «elevado riesgo de colisión entre las ballenas y los buques mercantes en las costas del Garraf», sobre todo en «la zona del cañón submarino del Foix y la zona entre este cañón y el cañón submarino de Cunit-Cubelles», donde han documentado con fotografías ejemplares de ballenas con marcas de colisiones con embarcaciones, unos accidentes que «muestran la gravedad de la situación».
Entre los ejemplares avistados hay dos con graves lesiones que les han afectado la columna vertebral tras chocar con barcos.
El estudio advierte que «el comportamiento de alimentación, sobre todo la alimentación superficial, incrementa significativamente el riesgo de colisión debido a su conducta errática cercana a superficie, con muchas aceleraciones y cambios de dirección».
«Las embarcaciones suelen pasar por la zona a una velocidad de entre 10 y 20 nudos y es muy fácil no detectar la ballena o detectarla cuando es ya demasiado tarde», señala el trabajo.
Para poder disminuir este riesgo, la asociación ha urgido a tomar medidas y ha propuesto reducir la velocidad en zonas de alimentación en la época de primavera, hacer esquemas de separación de tráfico marítimo en los puertos de Barcelona y Tarragona para modificar ciertas rutas para que pasen más alejadas de las principales zonas de alimentación, y contar con la presencia de observadores de mamíferos marinos a bordo que puedan ayudar a la detección de estos animales.
La asociación ha empezado a probar este año una cámara térmica para estudiar la viabilidad de instalarlas en los buques para detectar de manera automática la presencia de los cetáceos.
Según los responsables de EDMAKTUB, la temporada 2022 está siendo «especialmente positiva», con un elevado número de ballenas alimentándose en la costa catalana, y desde que se inició la campaña hace un mes ya han avistado una treinta de ejemplares diferentes, de los que más de la mitad ya habían sido avistados e identificados en años anteriores. EFE