Barcelona, 15 jun (EFE).- La líder de Barcelona en Comú, Ada Colau, ha sido reelegida alcaldesa este sábado en un pleno lleno de tensión, gracias al apoyo del PSC y de tres ediles del grupo de Barcelona pel Canvi-Cs, que encabeza Manuel Valls, lo que le ha permitido sumar los 21 votos necesarios para la mayoría absoluta.
La sesión constitutiva del nuevo plenario del Ayuntamiento de Barcelona estaba prevista para las cinco de la tarde, pero desde una hora antes ya se han ido congregando en la plaza Sant Jaume centenares de manifestantes independentistas, no solo para arropar al exconseller preso y jefe de filas de JxCat en Barcelona, Joaquim Forn, sino también para protestar por la decisión de Colau de repetir como alcaldesa con los votos del PSC y Valls.
En la plaza Sant Jaume también se han concentrado partidarios de la alcaldesa, pero en número se han visto largamente superados por los independentistas, que han proferido gritos como «Ada Colau, eres un fraude» o «traidora».
Dentro del Saló de Cent también se han vivido escenas de tensión, ya que de hecho parte de los asistentes que seguían la sesión como invitados han expresado en algunos momentos su malestar e incluso han llegado a increpar a Josep Bou y Manuel Valls durante sus discursos, por lo que Colau ha tenido que llamar al orden.
En la votación no ha habido sorpresas: Colau ha revalidado el cargo al recabar 21 votos. Aunque la votación ha sido secreta, la suma es la que se esperaba: los diez votos de Barcelona en Comú, los ocho del PSC y tres del grupo de Barcelona pel Canvi-Cs, de Manuel Valls, si bien los tres ediles de Ciudadanos han votado en blanco.
Maragall ha sumado los diez votos de ERC y los cinco del grupo de JxCat, liderado por Joaquim Forn, en prisión preventiva y que, tras haber afrontado el juicio del ‘procés’ en el Tribunal Supremo, ha podido acudir a la sesión constitutiva, aunque una vez finalizada ha sido trasladado de vuelta a la cárcel de Soto del Real (Madrid).
Forn ha echado en cara a Colau que se haya prestado a ser un «instrumento útil» de los «poderosos» con una «operación política» para evitar que el independentista Maragall llegase a la alcaldía.
Colau ha asegurado que no será una «alcaldesa independentista ni antiindependentista» sino que se esforzará por ser «la alcaldesa de todos los barceloneses», y ha anunciado que su grupo municipal propondrá reponer la pancarta con el lazo amarillo en la fachada del ayuntamiento, en solidaridad con los «presos políticos».
Ha reconocido que «no es un día exactamente feliz» porque ha sido una «investidura difícil» y no le ha gustado la «forma» con la que ha sido reelegida, aunque ha agradecido a PSC y Valls su apoyo.
Valls ha celebrado haber evitado con sus votos que la capital catalana tenga un alcalde independentista: «Hoy hemos hecho historia», ha sentenciado.
Maragall, en cambio, ha reprochado a Colau que haya antepuesto el cargo a sus convicciones, al decantarse por un pacto con el PSC y el apoyo de Valls en lugar de optar por una coalición con ERC.
El líder del PSC en Barcelona, Jaume Collboni, ha reivindicado que el futuro gobierno «bipartito» de comunes y socialistas que capitaneará Colau tendrá «toda la legitimidad democrática y formal».
Y el concejal del PPC Josep Bou se ha mostrado «contento y satisfecho» por el hecho de que Colau haya sido reelegida alcaldesa, pese a no haberla votado.
Posteriormente, Colau y el resto de ediles -a excepción de los del PPC- han cruzado la plaza Sant Jaume para asistir a la tradicional recepción del presidente de la Generalitat.
Quim Torra ha emplazado a Colau a asumir como alcaldesa un papel de «liderazgo» en la defensa de los «derechos civiles y políticos» de Cataluña, incluido el derecho a la autodeterminación.
En la recepción, Valls ha negado el saludo al president: «No le he dado la mano a Torra en el Palau porque su discurso en el Parlament hablando de mí como una casta fue un escándalo», ha argumentado desde Twitter. EFE
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