Sánchez ha rubricado la nueva normativa, que renueva la de 2012, en un acto celebrado en el Palacio de la Moncloa, al que ha asistido la plana mayor de Defensa, encabezada por la ministra, Margarita Robles.
Se trata de la primera Directiva de Defensa derivada de la Estrategia de Seguridad Nacional de 2017 y recoge, además de la visión reflejada en ese documento, cuestiones como las implicaciones para la Seguridad de acontecimientos como la actual pandemia o las fluctuaciones en el orden geopolítico mundial.
Ha sido formulada para diseñar una Defensa acorde a los retos del siglo XXI, según el comunicado difundido por Moncloa, que añade que ofrece una apuesta decisiva por la aportación de las mujeres a la transformación en la resolución de conflictos y promoción de la estabilidad.
La contribución de la Defensa a una estructura más integral de Seguridad Nacional, con la participación de todos los instrumentos del Estado, tal y como ha ocurrido con la Operación Balmis contra el coronavirus, parte como idea central de la directiva.
La norma incide además en la importancia de profundizar en el multilateralismo a la hora de sumar esfuerzos por alcanzar la paz y la estabilidad, a través de organizaciones internacionales como la Unión Europea (UE), la OTAN o la ONU.
«Las amenazas y los desafíos a la seguridad que afrontamos tienen un carácter complejo y transnacional, y deben ser abordados globalmente», precisa el texto de la Directiva.
Prioriza, de forma especial, la atención a las necesidades y calidad de vida del personal de las Fuerzas Armadas, al igual que el fortalecimiento de la industria de defensa nacional y el desarrollo de una Base Industrial y Tecnológica Europea.
En el ámbito de la prevención y respuesta integral a las amenazas globales, adquieren especial importancia, la inteligencia -reforzando las capacidades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)-, la actuación en el ciberespacio y la gestión responsable de la información pública, según el texto.
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