“Trastorno de la personalidad de carácter narcisista”. Eso reflejaban dos informes médicos forenses sobre el estado mental de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el ‘Pequeño Nicolás’, para que el juez decidiera finalmente absolverle el pasado 11 de mayo de una de sus múltiples causas pendientes con la justicia: la de injurias y calumnias contra el CNI.
Pero una de las grandes piezas separadas del ‘caso Pequeño Nicolás’, la relativa a “Cohecho”, está dedicada íntegramente a los presuntos cohechos que Francisco Nicolás Gómez Iglesias habría ofrecido a diferentes personas. Uno de los supuestos ‘incautos’ habría sido el conocido empresario catalán Javier de la Rosa, que en sus tiempos dijo haber estado vinculado a Pujol y al rey Juan Carlos I y a quien ‘Nicolasín’ le prometió “mortadela” (dinero) para sacarle de un apuro circunstancial y que, al parecer, nunca se materializó.
Forman parte de las conversaciones que el ‘Pequeño Nicolás’ mantuvo con Javier de la Rosa por WhatsApps entre el 13 de septiembre y el 14 de octubre de 2014, incluidas en la pieza conocida como “Cohecho”, y que no tienen nada que ver con la grabación de la conversación entre el propio Nicolás y De la Rosa en el hotel Meliá Castilla de Madrid, en septiembre de 2014, donde también se dijeron cosas muy jugosas: en ese caso, Gómez Iglesias se presentó a De la Rosa como un enviado de la Vicepresidencia del Gobierno (el CNI dependía de Vicepresidencia), dirigida entonces por Soraya Sáenz de Santamaría.
Aquellas grabaciones ya salieron a la luz pública, pero otra cosa distinta son el conjunto de conversaciones por WhatsApps y por Telegram que el joven con “trastorno de la personalidad de carácter narcisista” mantuvo no sólo con De la Rosa, sino también con otros personajes curiosos: policías municipales, nacionales, guardias civiles, abogados de Pujol, empresarios… todo un entramado de lo más surrealista.
Mucha “mortadela” que se quedó en la lata
El informe elaborado por la policía sobre estas conversaciones, al que ha tenido acceso Estrella Digital, es súper elocuente: “Entre las conversaciones a través de las aplicaciones de telefonía de WhatsApp y Telegram entre el empresario catalán y Francisco Nicolás, Javier de la Rosa con palabras “en clave” (el informe dice que la “MORTADELA” equivaldría a “dinero”, el “gramo” equivaldría a “Mil Euros”, “ML” sería “Manos Limpias”, “JLN” sería “José Luis Núñez”, “Ñ” familia Núñez…) le solicita en numerosas ocasiones el pago de importantes cantidades de dinero por la información y los contactos que estaba facilitando”.
En base a los mensajes de texto intercambiados entre ambos, la policía sostiene que Javier de la Rosa pretendía facilitar información sobre núcleos de poder catalán a cambio de dinero.
Así las cosas, Francisco Nicolás “le prometía el pago de esas cantidades de dinero a cambio de conseguir información de personas acaudaladas que se encuentren en situaciones judiciales complicadas, para posteriormente contactar con ellas, haciéndose pasar por un miembro de Vicepresidencia del Gobierno y con la información recibida, intentar pactar un supuesto ‘amaño’ judicial que beneficie a sus intereses, todo ello a cambio de importantes sumas de dinero”.
Miguel Bernad y Manos Limpias
Los agentes policiales informaron al juez que “muy importante en este asunto era el papel de D. Miguel Bernad Remon, Secretario General del Sindicato Manos Limpias”. Lo relacionaron por el contenido de los mensajes de texto intercambiados, coincidentes en tiempo con las entrevistas y contactos de Francisco Nicolás con Oleguer Pujol, Núñez (ex presidente del Barcelona) y el abogado de ambos, Cristóbal Martell.
Lo anterior, junto con la propia declaración de Francisco Nicolás donde reconocía tales entrevistas y su intermediación con el Sindicato Manos Limpias, “permite concluir que Francisco Nicolás efectivamente realizaba funciones de intermediación con o para Miguel Bernad (objeto de análisis en otro informe) sobre asuntos de interés para el Sindicato Manos Limpias como el Caso Nóos, la familia Puyol (sic) y la familia Núñez”.
Aquello fue la base que permitió que un año más tarde, el 15 de abril de 2016, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional (UDEF) detuviera en Madrid a Miguel Bernard por los presuntos delitos de extorsión, organización criminal, fraude contra la hacienda pública, falsedad documental y fraude en subvenciones.
En los informes policiales contenidos en esta pieza del sumario se informaba al juez que Francisco Nicolás Gómez Iglesias utilizó algunas relaciones influyentes que se había granjeado para “tejer una telaraña de favores y deudas y cuyos nombres utilizó para engañar a otras personas”. Así se decía, por ejemplo, en uno de los informes entregado al juez de Madrid Arturo Zamarriego, en el que la policía confirmaba que el ‘Pequeño Nicolás’ se hacía pasar por una persona enviada por el Gobierno o por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), e hizo creer al empresario que le pagaría con los fondos reservados a cambio de ofrecerle información confidencial sobre la familia Pujol.
Las conversaciones por WhatsApp con De la Rosa
Pero, más allá de los informes policiales, especialmente uno muy voluminoso de más de 400 folios y obrante en una pieza separada del Sumario, las conversaciones por WhatsApp con De la Rosa resultan especialmente curiosas. En primer lugar, se confirma que ambos mantenían acuerdos con Miguel Bernard, como se deduce de esta conversación del 13 de septiembre de 2014: “Miguel Bernard se encuentra fuera en un asunto familiar. ¿Le parece bien si hablamos mañana domingo a las 19h que ya estará operativo?”, preguntaba Nicolás y recibía respuesta afirmativa de De la Rosa.
A veces, De la Rosa se desesperaba cuando espera una respuesta afirmativa de Nicolás y éste se retrasaba hasta un día en contestar, como el 24 de septiembre de 2014: “Comunícate, por favor, al despertar”, y finalmente le respondía el aludido con un “Buenos días nos acostamos tardísimo ayer. Cuando esté operativo te llamo O todo en orden”.
Al analizar los mensajes en WhatsApp, la policía sostiene que el empresario catalán se desesperaba porque ‘Nicolasín’ le daba largas respecto al pago de dinero, lo que De la Rosa le reprochaba en numerosas ocasiones, como el 26 de septiembre de 2014, en la que le decía: “Perdona. Estoy quedando fatal otra vez por fiarme de ti”. El ‘Pequeño Nicolás’ comenzaba a no ser fiable:
– “Antes de que entres a ver a quien he perseguido en su casa y en su despacho por tu interés, te digo: No es justo, Francisco. Cuando has necesitado de mis gestiones he atendido tus llamadas y he hecho las gestiones que me has solicitado. Podrías aclararme, no? Ayer a esta hora ya me estabas llamando para que localizara a esa persona y el día anterior al abogado y… me tienes colgado toda la tarde ayer y por la noche y esta mañana ni contestas. Haz el favor de tranquilizarme y decirme algo concreto. Gracias”, apremiaba el catalán ese 26 de septiembre.
Las informaciones que De la Rosa le pasaba a ‘Nicolasín’ parecían de los más importantes para éste, porque eran hombres fuertes de la política y finanzas catalanas. Por ejemplo, le decía en esas fechas -26 de septiembre- que debería contactar con “J Giró (Dor. Nuevo de la Fundación de la Caixa y futuro Presidente después de Fainé de todo) hombre fuerte de la Caixa en KEIKIL (enfrente de mi casa). Si te interesa personalmente conocerlo, te vienes a las 15 y te sientas con nosotros. Si no dime a qué hora nos vemos, por favor”.
Parece que las gestiones tenían un precio, y ya por estas fechas aparecía en WhatsApp la “mortadela” (que la policía identifica con dinero): “No estaba ya aquí? Sino a qué hora me dirás y puedo decir al medico… que venga a comer Mortadela italiana especial que me traen?”, preguntaba el empresario a las 11.57 horas del 26 de septiembre de 2014, aunque recibía una respuesta no muy gratificante: “La [mortadela] extra no”. Habría que esperar a mejor ocasión. “Esta la normal”, le decían un minuto después.
Según el informe policial que acompaña a las grabaciones, De la Rosa necesitaba esa ‘vitamina’ para dársela a sus médicos, ya que, al parecer, se hallaba en tratamiento:
– “Me gustaría invitar a mis médicos a probarlas a las 5?6?7?”, preguntaba a las 11.59 horas de ese mismo día. Luego le daba detalles por WhatsApp sobre cómo la policía le tenía vigilado e impedía que le llevaran ‘embutidos’:
– “Estoy muy preocupado. Durante 20 años siempre que iban a venir a traerme embutidos… los seguían y no lo hacían. Ya puedes comprender mi enorme preocupación. No he dormido. Estoy faltando a mis compromisos dos veces en las últimas semanas por creer… Tiene que haber alguna manera, o ejemplo: Cógete un taxi y bájalo a la Barceloneta (que es donde corro). A un taxi no lo siguen. Yo tengo taxis de confianza, pero no dejes de hacerlo esta mañana pronto y no te vayas sin hacerlo. Me parece que he hecho lo que se me ha pedido y aun queda lo peor en lo que creo, sinceramente puedo ser de gran ayuda…. Sobre todo di algo por aquí…”.