El método ‘go fast’ sigue siendo el procedimiento por excelencia en el transporte de droga. El pasado 1 de febrero, la Guardia Civil desarticulaba una organización criminal internacional que traficaba hachís mediante este método. Las bandas narcotraficantes transportan desde el sur de la península hacia sus países de origen como Francia, Alemania o Gran Bretaña mediante vehículos alquilados recorriendo las carreteras a altas velocidades, escoltados por los ‘coches lanzadera’ que van advirtiendo de los peligros que se encuentran en el camino.
La droga llega a la Costa del Sol (España) por vía marítima desde Marruecos. La mercancía se guarda en naves controladas por «árabes de alto poder adquisitivo que residen en España», según fuentes de la investigación y que tienen contacto con sus países de origen incluso con familiares, donde preparan las sustancias para entregárselas a terceros.
“El conductor del vehículo que lleva la droga suele ser un varón de origen árabe y joven, lo que no se corresponde con los coches de alta gama que conducen”, explica un agente del equipo contra el crimen organizado de Málaga a Estrella Digital. “En muchas ocasiones van acompañados de mujeres para no levantar sospecha, pero ellas nunca conducen y siempre las intentan exculpar, afirma el brigada.
Los pasajeros de los vehículos que transportan la droga van directamente a la cárcel por lo que “es sorprendente encontrarte con tres personas en el coche, cuando dos podrían librarse de la prisión”, aclara el agente. Los conductores de los vehículos lanzadera intentan desvincularse de la droga, “lo que no saben es que nosotros hemos estado investigando y sabemos que están relacionados con ellos”.
Los detenidos suelen ser reincidentes porque «es su forma de vida». «Los beneficios son de 800 o 1000% pues compran la droga entre 300 y 400 euros y la venden por 2500 euros, según el precio del mercado», aclara el brigada y añade que «los cabecillas llevan a cabo operaciones desde la cárcel».
«Prefiero estar en un hotel en España que en una prisión de Francia»
Las bandas conocen la levedad de las penas en España, por ello vienen aquí a por la droga. “Los propios delincuentes te dicen ‘prefiero estar en un hotel en España que en una prisión de Francia’”, cuenta el agente. Las penas suelen ser de entre 6 y 12 años de prisión y las multas se agravan en función de los kilos de droga que transportan y el valor de esta en el mercado “la multa puede ascender hasta los 3.000.000€”.
“Ellos mismos te dicen ‘como pueda escaparme lo voy a hacer’ o ‘no me he dado a la fuga porque no había sitio’”, explica el suboficial a la vez que denuncia que “las leyes en España no acompañan ni a las penas ni a nosotros. Muchas veces no podemos intervenir porque no tenemos los permisos necesarios del gobierno para hacerlo”. A lo que añade que “si paramos la circulación en una vía para evitar que se den a la fuga y coincide con que hay un accidente, la responsabilidad civil o incluso pena es nuestra”.
Además, las bandas desarrollan un método de captación, “en la frontera con Francia, individuos árabes se acercan a camioneros para ofrecerle dinero a cambio de hacer el viaje. A veces por 200 euros se juegan su libertad y acaban en prisión”, denuncia el suboficial.
Los peligros del ‘go fast’
Las altas velocidades ponen en riesgo la vida de los usuarios, aunque muchas veces suelen circular a velocidades normales para no levantar sospechas. “En una ocasión el coche que llevaba la droga se dio a la fuga y al intentar cambiar de sentido para librarse de nosotros se estrelló con un coche en el que murió su pasajero, mientras que el culpable sufrió un esguince de tobillo”.
Las propias bandas tienen miedo ya que “hay organizaciones del este de Europa que facilitan coches de alquiler a estas bandas para sus transportes, pero llevan localizadores para conocer en todo momento donde se encuentran y así intervenir el vehículo cuando está cargado”, explica el agente del equipo contra el crimen organizado.
Otros métodos
En Reino Unido se utiliza más el método ‘go fast’ pero mediante transporte con camiones o por vía marítima a través de barcos de recreo y no con vehículos como ocurre en Francia o Alemania. El motivo es porque “el consumidor francés y holandés es muy exquisito y busca calidad frente a los británicos que consumen sustancias de peor calidad”.
“Hace unos años detectamos que las organizaciones más poderosas empezaron a transportar mediante vía aérea con helicópteros o avionetas en vuelos nocturnos hacia la costa de Marruecos donde cargan y posteriormente a España para descargar la mercancía”.
Aproximadamente hace 7 años, la Guardia Civil intervino un submarino en Cádiz que transportaba sustancia estupefacientes.