Es hora de permitir el fracking en Europa para bajar el precio del petróleo y del gas puesto que el precio del petróleo está por las nubes concretamente en 115 dólares por barril que repercute directamente en lo que nos cuesta llenar el depósito del coche y mientras sucede todo esto, el fracking prohibido en Europa y por ende en España. Aunque estas inversiones llevan tiempo y no son a corto plazo, pero cuanto antes se tomen este tipo de medidas, más pronto tendrán efecto.
Esta técnica consiste en la extracción de gas y petróleo mediante la “inyección de agua, arena y/o productos químicos en un pozo para romper el lecho rocoso subterráneo y liberar reservas de este tipo de materia prima».
Los supuestos impactos medioambientales que aducen los gobiernos, con la presión de los ecologistas, no es tal puesto que reduce las emisiones de CO2 en comparación con las otras formas de extraer petróleo. Estados Unidos ha multiplicado por tres la producción de petróleo en los últimos 10 años hasta los 12,3 millones de barriles diarios, gracias a este método de extracción de hidrocarburos.
Actualmente hemos pasado de importar gas y petróleo ruso a traerlo desde EE.UU, concretamente un 43% según datos del último boletín de Enagas, precisamente con esta técnica. Doble moral por tanto, prohibir este procedimiento pero mientras se utiliza en el país norteamericano y miramos para otro lado, pagándolo en cualquier mercado, en vez de realizar inversiones en España para aprovechar las materias primas que tenemos. La protección del medio ambiente está muy bien y todos queremos cuidar el planeta pero dentro de un equilibrio, lo que no se puede es que los españoles seamos cada vez más pobres, con el precio de la gasolina y los alimentos disparados, mientras hacemos cada vez más ricos a los países árabes con la compra de petróleo y el otro gran beneficiado de todo esto, Estados Unidos.
Con la deuda disparada por encima del 121% del PIB según el INE , una inflación del 8,7% en mayo, precios de la gasolina y gasóleo por encima de los 2 euros, a pesar de la subvención de 20 céntimos del Gobierno, que las últimas subidas de los carburantes se han «comido» literalmente y próximas subidas de tipo de interés del BCE para julio y septiembre, la clase media cada vez más pobre porque le cuesta llegar a fin de mes por el coste de los productos básicos.
Es necesario un cambio en la política energética, con las inversiones en fracking conseguimos un triple objetivo, ser más autosuficientes en materia de carburantes, por otro lado reducimos deuda al bajar la factura de los euros importamos de fuera y por último generamos empleo de calidad, con la creación de puestos de trabajo para ingenieros, geólogos, químicos, físicos etc., en un país que tiene una precariedad laboral enorme, sobre todo en zonas como la España Vaciada, donde los jóvenes tienen que emigrar para encontrar un trabajo en numerosas ocasiones mal remunerado.
La pregunta que deben hacerse los gobernantes es: ¿queremos que los españoles sean cada vez más pobres, con salarios bajos, la inflación disparada y la deuda que no para de crecer? Pues si es así, entonces se debe seguir con este tipo de política económica. Si por el contrario queremos una sociedad más productiva, con mejores salarios, precios más bajos y con menor dependencia del exterior, es hora de cambiar la dirección de una gestión energética errónea. Las energías renovables son necesarias pero no suficientes para lo que demandan empresas y consumidores.