Santander ha tenido que rectificar e indemnizar a un asegurado que se le incendió parte de su vivienda y al que sólo le ofrecía menos de la mitad del importe que finalmente tuvo que abonar, tras las presiones de FACUA para que cumpliera la póliza firmada. FACUA Sevilla consiguió que finalmente se le pague 4.828 euros a un socio tras las negativas iniciales de la compañía.
José Antonio Ramírez Gamarro se encontró un amargo escenario cuando regresó a su domicilio un domingo de diciembre, tras haber estado un día fuera. Propiciado por el hecho de que ardiera el cuadro eléctrico, se ocasionaron muchos daños tanto en el continente, que agrupa todos aquellos elementos que conforman la estructura constructiva del inmueble, como en el contenido, que engloba los bienes o enseres que se encuentran dentro de la vivienda.
A continuación de dar parte del siniestro, acudieron dos electricistas de Santander Generales Seguros a su domicilio, pero el perito se presentó tras una semana de espera desde el incidente. «El perito tardaba demasiado en venir y tuve que plantarme yo mismo en el Santander para reclamar que acudiera de una vez a mi domicilio», indica José Antonio.
La compañía no ofrecía una indemnización justa
La sorpresa de este socio de FACUA Sevilla fue mayúscula cuando la aseguradora, sin justificar el motivo, no le quiso cubrir la totalidad de sus gastos por los daños producidos en el domicilio, a la par que no asumió abonar el IVA de las facturas por gastos de urgencia que sí le había admitido.
De esta manera, el importe ofrecido por la compañía se alejaba notablemente de lo desembolsado por el afectado. Tal es el caso que la cantidad que le proponían, 2.047 euros, ni siquiera compensaba el importe total de la limpieza.
José Antonio se mostró disconforme con este aspecto porque la aseguradora de Santander no quería indemnizarle por numerosos conceptos, como por ejemplo el deterioro y pérdida de alimentos refrigerados, más todos los enseres que quedaron inservibles por acción del humo y el hollín.
Tampoco estuvo de acuerdo en que la entidad no le quisiera cubrir las facturas de hotel y las comidas que tuvo que hacer fuera de su domicilio hasta que su vivienda volvió a quedar habitable. «Esto ha sido un maltrato, una de las peores situaciones que he vivido«, apunta José Antonio.
FACUA Sevilla interviene
Finalmente, sin más opción, el socio acudió a FACUA Sevilla para que emprendiera actuaciones en defensa de sus derechos.
Desde la asociación, en abril de este año, se solicitó a Santander Generales Seguros la revisión de las condiciones de su contrato denominado Mi Hogar Ampliado, en aras de que abonaran al asegurado el importe íntegro de las facturas aportadas, incluido el IVA, y ampliaran la indemnización al coste de las obras de reparación y limpieza que fueron necesarias, así como el de otros enseres que inicialmente no quisieron asumir y que realmente se encontraban cubiertos en el contrato suscrito.
Concretamente, en la póliza se establece que «los bienes de contenido mobiliario asegurables comprenderán los objetos no fijos de decoración«, como pueden ser las cortinas, la ropa y los objetos personales, y, en su caso, los objetos de valor especial cuyo valor no supere los 2.000 euros. Se podría entender aquí la mayoría de su extensa biblioteca de más de 500 libros, la cual quedó severamente afectada por el siniestro.
Tras recibir la reclamación de FACUA Sevilla, a finales de mayo la compañía remitió una resolución en la que ampliaban la propuesta de indemnización a un importe total de 4.828 euros, con base a un nuevo informe pericial.
José Antonio comunicó que estaba de acuerdo con la nueva propuesta y hace unos días ha confirmado a la asociación el abono de la indemnización por parte de la aseguradora del Santander.