La mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno Bonilla y sus 58 escaños se sustentan en un sólido granero de votos procedentes de todos los frentes ideológicos, incluida la izquierda. Así lo acaba de atestiguar el estudio postelectoral desarrollado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que rastrea con número y porcentajes esas transferencias de votos que han hecho de Bonilla el barón de barones del Partido Popular, por encima incluso de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Según el último estudio del CIS, un 15,6% de los votantes que confirman haber votado al PSOE de Susana Díaz en 2018 se decantaron por el PP en las elecciones del 19 de junio. Teniendo en cuenta que los socialistas lograron un millón de votos en aquellos comicios, la fuga asciende a los 150.000 sufragios camino del PP. Esta cifra coincide con algunos estudios pre-electorales, como el de Carles Salom para la consultora de asuntos públicos Estrategos, que ya antes de las elecciones apuntaban hacia un trasvase de ese porcentaje por parte de los votantes andaluces.
El presidente de la Junta de Andalucía representa el otro alma del Partido Popular. Más pragmática, tecnocrática y alejada del debate de las ideas y de la polarización constante que ejemplifica la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Un modelo que le ha servido para acabar con el histórico mantra del miedo a la derecha en Andalucía y lograr, además, la cuadratura del círculo: frenar el crecimiento de VOX, acabar con Ciudadanos, atraer a votantes del PSOE y mantener viva la movilización de todas sus bases.
Moreno Bonilla también barrió para el PP casi todas las fugas de Ciudadanos. Hasta un 64,7% de los que afirman que en su momento se decantaron por Ciudadanos tomaron el 19 de junio la decisión de votar al PP.
Según el sondeo, elaborado con base en 3.909 entrevistas realizadas del 21 al 27 de junio, un 31,4% de los votantes de Vox en 2018 abandonaron a Macarena Olona y se pasaron también al PP.
Los sondeos no influyeron al 65 % de los andaluces
El 65% de los andaluces que tuvo conocimiento de los resultados de alguna encuesta o sondeo electoral admite que no influyeron en nada en su decisión final, mientras que a un 18,1 por ciento le influyó poco y un 15,5 por ciento mucho o bastante, según el sondeo postelectoral del CIS.
Un 75% de los encuestados tuvo conocimiento de alguna encuesta o sondeo, y de ellos el 65 por ciento lo tuvo en cuenta a la hora de votar, en la mayoría de casos para reforzar su idea de voto, según este sondeo, realizado la semana posterior a las elecciones con casi 4.000 entrevistas.