La tasa de inflación apenas ha bajado en agosto hasta situarse en el 10,4 %, sólo cuatro décimas menos que el dato de julio. La pequeña reducción es debido principalmente al descenso del coste de los carburantes, según el indicador adelantado publicado este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE)
De acuerdo con estos datos, también han tirado a la baja los combustibles líquidos, con un descenso mayor que el registrado el año anterior, aunque se han encarecido la electricidad, la alimentación, la restauración y los paquetes turísticos.
Por su parte, la inflación subyacente (la que excluye los alimentos sin elaborar y los productos energéticos) ha escalado este mes tres décimas, hasta el 6,4 %, una tasa que, de confirmarse, sería la más alta desde enero de 1993.
Previsión próximos meses
No parece que en los próximos meses veamos una reducción significativa del IPC. Sin ir más lejos, El precio promedio de la luz ascenderá este martes hasta los 459,4 euros por megavatio hora (MWh), un nuevo máximo desde que entró en vigor la ‘excepción ibérica’. Hace menos de una semana se pagaba a 238 euros, lo que supone el doble en solo siete días.
A esto se une que el precio del petróleo ha vuelto a ascender en los mercados y se fija ya por encima de los 100 dólares por barril, concretamente en los 103,40 dólares.
Ante el duro invierno que nos espera en temas de energía por el encarecimiento de los precios del gas, la Comisión Europea ha reaccionado con el anuncio de una «intervención de emergencia» y una reforma del mercado.
En un momento en que aumentan las exigencias de que el precio del gas, y la dependencia de Rusia, deje de marcar la factura de la luz.
La Unión Europea quiere reformar el mercado eléctrico para evitar que las economías y los ciudadanos sufran las desorbitadas cifras que está alcanzando el gas y la electricidad.
R.F.