La Hermandad de la Macarena de Sevilla ha exhumado la madrugada de este jueves el cadáver del general franquista Gonzalo Queipo de Llano y de su mujer, Genoveva Martí, cumpliendo así la Ley de Memoria Democrática. El militar estaba enterrado en la basílica sevillana de la Macarena desde 1951.
La salida del furgón que trasladaba sus restos (no ha trascendido cuál será el lugar de reinhumación) ha estado acompañada por los aplausos de los familiares del general, que han gritado «¡Viva Queipo!» al paso del vehículo. Al otro lado de la plaza estaban los gritos de la presidenta de la asociación Nuestra Memoria, Paqui Maqueda: «Honor y gloria a las víctimas del franquismo”, ha gritado antes de nombrar a su bisabuelo, sus tíos abuelos y su abuela, represaliados por el franquismo.
El artículo 35.5 de la Ley de Memoria Democrática establece: «Cuando los elementos contrarios a la memoria democrática estén ubicados en edificios de carácter privado o religioso, pero con proyección a un espacio o uso público, las personas o instituciones titulares o propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos, en la forma establecida en el presente artículo». Esto conlleva la exhumación de algunos militares golpistas. También se tendrá que exhumar en breve los restos de José Antonio Primo de Rivera, enterrado en el Valle de Cuelgamuros (Valle de los Caídos) desde 1959.
Antes que Queipo de Llano, también han sido exhumados los restos de uno de los principales responsables de la represión franquista en Andalucía, el auditor de guerra Francisco Bohórquez, que también estaba enterrado en la misma basílica.
Tanto el Gobierno como la Hermandad no querían que la exhumación de Queipo y Bohórquez tuvieran la misma la exposición mediática que tuvo la de Franco. Las familias querían además un acto íntimo y discreto, por eso se ha hecho de madrugada.