Ya durante los meses previos a la campaña de elecciones del 28 de mayo, el entonces alcaldable para la ciudad de Sevilla del Partido Popular y ex alcalde de Tomares, José Luis Sanz, avisó al mundo de que iba a limpiar las calles y aceras de la capital hispalense a fondo, ante la desidia que, a su juicio, mostraba la gestión del PSOE con Antonio Muñoz, alcalde de la ciudad desde que Juan Espadas le cediera el testigo para liderar el PSOE Andalucía. Cuando llegó el 28 de mayo, aún había ‘algo’ de cera en las calles de la ciudad.
De hecho, es que ha llegado mediados de junio y, cuando Sanz ha tomado el bastón de mando de Sevilla, se ha encontrado aún con cera en muchas de las calles de la ciudad, en especial del centro. De modo que, en las dos primeras semanas en las que ha estado como máximo responsable del ayuntamiento – primer alcalde del PP desde que lo fuera Juan Ignacio Zoido, antes de ser ministro del Interior del gobierno de Rajoy – la limpieza y el redoble de esfuerzos de Lipasam ha sido uno de sus principales centros de atención. Sobre todo, el que más ha querido reflejar (o que se refleje, por la limpieza).
Para comenzar su cruzada contra las impurezas, Sanz ha realizado varios nombramientos en sus primeras dos semanas de gestión. De entrada, tanto a cargo de Lipasam como de Tussam (empresa de autobuses urbanos) estará Manuel Torreglosa, mientras que en Emvisesa (Vivienda, Suelo y Equipamiento) el nuevo gerente es Manuel Morillo. En lo que respecta a la empresa dedicada al Turismo en Sevilla, Contursa, Antonio Castaño pasará a gestionarla. Ricardo Villena, presidente de Lipasam en tiempos de Soledad Becerril, es ahora coordinador general del Área de Limpieza.
A cambio, se han producido varios ceses: uno de ellos es el de Francisco Yuste, director general de Protocolo y Casa Consistorial durante nada menos que 16 años. José Medina dejará de ser el jefe de la Policía Local de Sevilla, tomando el puesto de manera provisional Gabriel Nevado, tal como cuenta el medio El Debate.
El centro, como los chorros del oro
La Alameda fue de los primeros lugares en Sevilla que vivió esta prioridad de limpieza para que estuviera limpio después de los festejos relacionados con la celebración del orgullo LGTBI. Según cifras oficiales, se desplegaron 12 vehículos y un total de 30 operarios en el plan especial para realizar baldeos mixtos, barridos manuales así como mecánicos para borrar los deshechos de la manifestación que quedasen sobre las aceras y carreteras. En los días siguientes han aparecido varios vídeos en redes sociales haciendo hincapié en el esfuerzo realizado para pulir las calles y aceras de la ciudad.
Por las características de sus calles y la cantidad de personas que realizan actividades cada día el centro necesita especial atención por parte de Lipasam – y no solo por la cera de la Semana Santa. Lo habitual es realizar incluso dos pasadas cada día cuando en el resto de distritos, incluso el bullicioso Nervión, Triana o Los Remedios, hasta ahora se han visto a los limpiadores una vez cada dos días. De cara a las sustituciones en los meses de verano, Sanz anunció el pasado 26 de junio la incorporación de 423 personas a Lipasam.
Por ello, el plan de Sanz es el de limpiar a fondo el centro de Sevilla para luego ir pasando a los diferentes barrios y distritos. Ya se han visto estos dispositivos en la popular calle San Jacinto en Triana, el distrito Macarena o el barrio de El Plantinar (donde los grafitis y pintadas aparecen por cada esquina) además de los aledaños del Estadio Olímpico en la Isla de la Cartuja. Estos dispositivos de limpieza están también conectados a los diferentes eventos que se celebren en la ciudad, como es el caso del Estadio Olímpico donde se celebrará un año más el festival de música Puro Latino.
Eso sí, quienes también esperan la limpieza en Sevilla son quienes viven en las periferias, desde la lejana Sevilla Este – conocida coloquialmente como Córdoba Oeste – o el caso de las 3.000 Viviendas. En este caso, se trata de un barrio con necesidades bastante especiales y específicas en lo que se refiere a materia de seguridad, al ser de los más peligrosos de toda España.
Ya no solo es que quede cera de la Semana Santa después de cerca de tres meses, como denuncia el propio Sanz en el caso de la calle Tetuán, una de las calles más visitadas por los turistas en todas las épocas del año. Se trata de un problema que viene de atrás, muy atrás – la limpieza ha sido en Sevilla un problema importante. El único momento en el que quizás no lo fue corresponde al mandato de Soledad Becerril, quien hizo resplandecer a Sevilla a finales de los años noventa, mucho antes de los Muñoz, Espadas, Zoido o Monteseirín.
Por supuesto, es importante retirar lo que quede de cera dado que podría ocasionar algún resbalón o tropiezo donde una persona se haga daños importantes – especialmente en el caso de personas mayores. Para los coches quizás no sea tan importante por su propia planta sobre el asfalto, pero sí para las cientos de motos que se pueden ver a diario por Sevilla. Una frenada en un pequeño parche de cera puede hacer que las ruedas pierdan tracción e incluso se descontrole, pudiendo ocurrir de todo en este tipo de situaciones.
A algunos ciudadanos también hay que ‘darles cera’
Claro que cabe pensar si es una cuestión de la gestión de Lipasam, de sus recursos, del estado de su equipamiento (sobre todo de la maquinaria, en algunos casos anticuada)… o de los propios ciudadanos de la capital que contribuyen a que se acumule la suciedad en sus calles, además de la cera aún restante de la Semana Santa. Una dosis de civismo es primordial para que Sevilla pueda salir de esa lista de las ciudades que peor valoración tienen de su limpieza, según reflejaba el OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) en su informe publicado a finales del pasado mes de abril.
Al notable incivismo de algunos sevillanos (como también se ha visto en tweets de Sanz, aprovechando la circunstancia para cargar contra su entonces rival socialista) se suma la falta de lluvias, además de la ya famosa y temida calor sevillana, la ‘flama’. Sin precipitaciones esperables hasta finales de septiembre (con suerte) y temperaturas que podrían superar los 45 grados centígrados, el clima tampoco favorece a que se limpien las calles, por muy bien que Sanz sea capaz de organizar Lipasam y optimizarlo para arrancar hasta el último gramo de cera antes de la Semana Santa 2024. En este sentido el nuevo alcalde juega contra los elementos.
Naturalmente, Sanz también está centrado en otros frentes del Ayuntamiento, como la reordenación de la Policía Local para mejorar la seguridad ciudadana o las obras del tranvía y del metro, cuyos usuarios ansían una renovación y la apertura de nuevas líneas para conectar más zonas de la ciudad. Por supuesto, el avance del tejido empresarial y tecnológico de la capital hispalense también son prioridades para la nueva gestión del Ayuntamiento de Sevilla.