La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha expresado su desacuerdo con la decisión de Estados Unidos sobre el envió de bombas de racimo a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Durante un acto del PSOE en Madrid, Robles declaró a los medios de comunicación que España, comprometida con Ucrania, se opone firmemente a entregar ciertas armas y bombas bajo cualquier circunstancia.
La posición de Robles fue cuestionada por la controversia que rodea este envío de armamento, ya que contradice las advertencias de las Naciones Unidas y viola una convención internacional que prohíbe el uso de este tipo de armamento. Sin embargo, la ministra de Defensa dejó claro que España se posiciona en contra de las bombas de racimo y está a favor de proporcionar ayuda a la legítima defensa de Ucrania, siempre y cuando no se utilicen estas bombas.
Bombas de racimo
Las bombas de racimo se caracterizan por liberar numerosas submuniciones que pueden causar muertes indiscriminadas en un área extensa, equivalente a varios campos de fútbol. Además de su capacidad destructiva, estas pequeñas bombas a menudo no explotan al impactar el suelo, convirtiéndose así en minas antipersona que representan una amenaza para la población durante años e incluso décadas.
Es importante destacar que 118 países, incluyendo España, han prohibido este tipo de munición bajo la Convención sobre Municiones en Racimo, en vigencia desde 2010. Sin embargo, Ucrania, Rusia y Estados Unidos no han suscrito esta declaración internacional.
En relación al envío de bombas de racimo, tanto Estados Unidos como Ucrania han justificado su acción. Joe Biden defendió su decisión afirmando que era necesaria debido a la escasez de municiones que enfrenta Ucrania. El presidente estadounidense subrayó que esta medida no es permanente y se mantendrá vigente hasta que Estados Unidos asegure un suministro suficiente de artillería de 155 milímetros, ampliamente utilizada por los sistemas de la OTAN.
Por su parte, Ucrania ha argumentado que el envío es una respuesta a la indiscriminada utilización de municiones de racimo por parte de la Federación Rusa desde el inicio de la agresión no provocada a gran escala. Además, Kiev se ha comprometido a utilizar estas bombas únicamente en su territorio, evitando zonas urbanas y dando prioridad al desminado posterior.