En una jornada de alta relevancia política, Francina Armengol, líder socialista y expresidenta balear, ha sido designada como presidenta del Congreso en la sesión constitutiva de esta XV Legislatura.
La elección se ha llevado a cabo mediante una primera votación en la que Armengol ha logrado una mayoría absoluta, obteniendo un total de 178 papeletas a su favor.
Este proceso ha destacado por la divergencia entre los partidos de oposición. Tanto el Partido Popular (PP) como Vox han optado por actuar por separado debido a la falta de acuerdo. En este contexto, los votos se han dividido entre la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y el candidato de Vox, Ignacio Gil Lázaro.
Los pronunciamientos previos de los diferentes partidos han esbozado el respaldo a Armengol por parte de diversas fuerzas políticas.
Entre los apoyos se cuentan los 121 diputados del PSOE, 31 de Sumar, siete de ERC, siete de Junts, seis de Bildu, cinco del PNV y uno del BNG.
Con 129 votos, Cuca Gamarra se situó en la segunda posición. Sin embargo, se ha suscitado cierta controversia debido a discrepancias en la cifra de apoyos recibidos por Gamarra, que se estima en 139 papeletas en total.
Por su parte, Ignacio Gil Lázaro, representante de Vox, ha contado únicamente con el respaldo de los 33 diputados de su formación. Esta elección marca la separación de Vox y el PP en un momento en que las negociaciones y alianzas políticas cobran un papel central en el panorama parlamentario.
La aspiración de Vox de ocupar la Vicepresidencia de la Cámara, respaldada por el PP, no se materializó, lo que llevó a Vox a optar por una estrategia independiente en la elección.
Con la elección de Francina Armengol como Presidenta del Congreso y las dinámicas divergentes entre los partidos, se abre un nuevo capítulo en la XV Legislatura, caracterizado por la configuración de roles clave en la Cámara Baja y las expectativas de colaboración y confrontación política que marcarán el rumbo del país en los próximos años.