La región andaluza enfrenta una preocupante ola de robos en el sector del aceite, con dos incidentes significativos en menos de una semana. La última víctima ha sido Carcabuey, situada en la provincia de Córdoba, donde un robo audaz ha dejado una pérdida de casi 60,000 litros de aceite de oliva de alta calidad.
Este cargamento tiene un valor estimado de alrededor de 500.000 euros en el mercado, una cifra que resalta debido al aumento constante del precio del aceite de oliva. Este incremento ha convertido a este codiciado producto en un objetivo recurrente para bandas delictivas.
Desde la Almazara de Carcabuey, relatan que los ladrones han demostrado destreza en el robo más reciente. «Abrieron la puerta, colocaron la manguera para robar el aceite y cerraron las puertas al irse«, explica Parras.
Este acto sofisticado sugiere que los perpetradores poseen conocimientos técnicos, lo que apunta a un grupo bien preparado y con información precisa. A pesar de la dificultad de colocar el aceite robado en el mercado, creen que estos delincuentes están bien informados sobre la cadena de distribución.
Las áreas más afectadas fueron las cuatro bodegas de la Almazara, donde se guardaban los aceites de mayor calidad. Lamentan que «faltan dos cisternas«, lo que indica la envergadura de este operativo delictivo.
El robo ocurrió durante la noche, en el período comprendido entre las 12 de la noche y las 4 de la madrugada. Con aproximadamente 200 toneladas de aceite almacenado en la almazara, el incidente representa una pérdida significativa. La respuesta de las autoridades fue rápida, con la Policía Científica y la Guardia Civil actuando de inmediato para recolectar evidencia en las instalaciones de la Almazara Marín Serrano. La revisión de las cámaras de seguridad es un paso clave en la búsqueda de pistas que puedan llevar a la captura de los responsables.
La almazara también ha tomado medidas legales para abordar esta situación, y las fuerzas de policía están trabajando arduamente para desentrañar la autoría de este delito.
Este caso no está aislado. En un incidente similar ocurrido hace menos de 10 días, la almazara Terraverne en Teba, Málaga, sufrió un robo devastador. Los ladrones no solo se llevaron lo que ya estaba envasado, sino que también comenzaron a envasar aceite durante el robo. El desastre resultante incluyó grifos abiertos que causaron un despilfarro continuo de aceite. Máquinas de envasado, mobiliario y equipos fueron destrozados, y hasta pegatinas, etiquetas y botellas fueron objeto de su furia. Las pérdidas se estiman en 9 palets, 1.134 garrafas y 6.000 litros. Los sistemas de seguridad y cámaras fueron desactivados, señalando la alta nivelación de sofisticación por parte de los delincuentes.
Ambos incidentes resaltan la urgencia de mejorar las medidas de seguridad en la industria oleícola y colaborar estrechamente con las autoridades para frenar esta creciente ola de robos. La constante alza en el precio del aceite de oliva lo convierte en un objetivo atractivo para bandas bien organizadas y altamente informadas. La prevención y vigilancia activa son cruciales para salvaguardar esta industria crucial para la región andaluza.