En un gesto de condena al autoritarismo, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha anunciado la revocación de la Gran Cruz al Mérito Militar otorgada al dictador chileno Augusto Pinochet. Esta medida será oficializada en la reunión del Consejo de Ministros este martes.
Augusto Pinochet, quien gobernó Chile con puño de hierro desde 1973 hasta 1990, fue condecorado con esta distinción en 1975, poco antes del fallecimiento de Francisco Franco. Durante la dictadura de Franco, España mantuvo relaciones amigables con Chile, en gran parte debido a las afinidades ideológicas entre ambos regímenes.
La Gran Cruz al Mérito Militar, no debe confundirse con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, otra distinción civil española que reconoce a aquellos que han brindado un notable servicio a España en el ámbito internacional. Pinochet fue receptor de ambas, lo que subraya la profundidad de la relación entre los dos líderes autoritarios.
La condecoración a Pinochet ha sido motivo de debates y controversias en España, sobre todo en tiempos recientes, donde el país busca reconciliarse con su pasado franquista. Muchos consideran esta distinción como un símbolo de la complicidad entre regímenes autoritarios y una mancha en la historia de los reconocimientos otorgados.
En su mensaje en la red social X, Sánchez recordó el 50º aniversario del golpe de Estado en Chile, un momento que «estremeció al mundo». El presidente chileno, Gabriel Boric, agradeció a España por «defender la democracia desde una experiencia compartida», resonando en el mensaje de solidaridad y memoria histórica.
España, con este acto, sigue los pasos de Argentina, que también ha revocado condecoraciones otorgadas a Pinochet, reflejando un crecimiento en el reconocimiento internacional de los valores democráticos y la justicia histórica. Las palabras de líderes políticos españoles, como Yolanda Díaz e Irene Montero, refuerzan este compromiso con la memoria, la verdad y la lucha por la justicia.