El panorama político se caldeó este martes, después de que José María Aznar, expresidente del Gobierno, se manifestara en contra de una posible amnistía solicitada por el líder catalán Carles Puigdemont. La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, acusó a Aznar de incitar a un «levantamiento», calificando sus palabras de «golpistas».
En un acto de la Fundación FAES en Madrid, Aznar expresó su rechazo a cualquier amnistía, argumentando que sería una invitación a repetir acciones que, en su opinión, van en contra de la seguridad constitucional. Asimismo, evocó tiempos oscuros del país, al comparar la situación actual con la amenaza que representó ETA en el pasado, instando a la sociedad española a decir «¡Basta ya!» y movilizarse.
Isabel Rodríguez, en respuesta, hizo alusión a antiguos episodios de la historia reciente de España, recordando la gestión del 11M bajo el mandato de Aznar. Argumentó que sus declaraciones carecen de valor tanto político como moral, y cuestionó la compatibilidad de sus palabras con los valores democráticos del país.
También Jaume Asens, dirigente de En Comú Podem, criticó enérgicamente a Aznar a través de la red social X, destacando su papel en la intervención militar en Iraq.
Por otro lado, Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular, defendió a Aznar y criticó al Gobierno actual por «insultar» a expresidentes. Recordó que la misma administración que anteriormente consideraba inadmisible la amnistía, ahora negocia con grupos independentistas.
El debate sobre la amnistía sigue abierto. La formación política Sumar, aboga por una ley de amnistía ajustada a la Constitución, aunque reconoce las dificultades de su aprobación inminente.
El cruce de declaraciones revela las tensiones existentes en la política española actual y poniendo de manifiesto la división en cuanto a temas como la amnistía y la independencia catalana.