Después del debate de investidura, Alberto Núñez Feijóo, el líder del PP, parece haber consolidado su posición como «líder de la oposición», sin lograr ampliar su base de apoyo más allá de Vox, según expresó Patxi López, portavoz del PSOE en el Congreso.
La investidura no otorgó a Feijóo la confianza que buscaba, y la perspectiva para la segunda votación del viernes también parece sombría. López no ha dudado en expresar su descontento con las acciones de Feijóo, acusándolo de propagar «una mentira tras otra» y de tener una postura agresiva hacia aquellos que no le respaldan.
Este panorama evidencia que, según López, el presidente del PP no ha sabido ganarse aliados adicionales durante el proceso: «No creo que el señor Feijóo haya hecho ni un solo amigo más de los que ya tienen sus filas en estos dos días de su investidura fallida».
Los socialistas arrojan un manto de incredulidad sobre Feijóo, argumentando que «no es creíble, no lidera, no tiene posición propia, e insulta cuando él habla de respeto». Por consiguiente, su imagen emerge del debate tal como entró, solo como un líder de la oposición.
Desconexión y ausencia de propuestas: la retórica de Feijóo
Fuentes socialistas expresan preocupación por «la desconexión del candidato con la España real y plural», criticando su falta de soluciones y propuestas tangibles para los desafíos actuales de España. Acusan a Feijóo de sustentar su retórica en falsedades y demagogia, orientando sus insultos a diversos grupos, excluyendo únicamente a la ultraderecha representada por Vox.
Afirman que el discurso de Feijóo está «destinado a contentar a la caverna política y mediática» que comienza a cuestionar sus capacidades, lo que refleja un intento de asegurar su posición dentro del Partido Popular a través de una utilización estratégica del mandato real, sin presentar un programa de gobierno concreto. La ausencia de propuestas sólidas hace que su plataforma parezca un desierto, con únicamente aplausos de su propio partido resonando en el vacío.
Sugieren que los objetivos de Feijóo no estaban alineados con una «investidura clásica», en cambio, parecía más enfocado en asegurar su liderazgo dentro del PP, donde sus movimientos están siendo examinados meticulosamente por varios sectores del partido. Su investidura fue considerada por algunos como «la investidura fake», diseñada meramente como una estrategia para retener su posición en el partido en tiempos turbulentos.
La expectación está ahora en cómo culminará este episodio, considerado por los socialistas como una farsa, esperando que «caiga el telón cuanto antes» sobre el periplo político de Feijóo. Su llegada a la política nacional después de la salida de Pablo Casado, se ha percibido como un año largo por parte del PSOE, en el que ha desilusionado a aquellos con altas expectativas, desvaneciendo sus esperanzas en un corto período.