Este jueves, en la séptima jornada de movilizaciones ciudadanas, se vivieron momentos de alta tensión las calles cercanas a la sede del PSOE en Ferraz, que fueron testigos de la protesta más numerosa hasta la fecha contra la amnistía, en la que se reunieron 8.000 manifestantes, según la Delegación del Gobierno en Madrid.
El punto crítico de la noche llegó cuando «radicales encapuchados se enfrentaron a la Policía» lanzando objetos diversos. La respuesta de las Unidades Intervención Policial (UIP) fue inmediata, con cargas policiales en la calle Marqués de Urquijo, resultando en la disolución de la manifestación y la detención provisional de al menos 15 personas.
El ambiente en Ferraz, desde las 19:00 hasta las 22:00 horas, estuvo marcado por la reivindicación intensa y algunos instantes de violencia, incluyendo ataques hacia la prensa y la policía. Posteriormente, los «radicales» intensificaron sus acciones con lanzamientos de latas, petardos y botellas de cristal, intentando romper el cordón policial.
Además, se escucharon proclamas racistas y gestos fascistas entre los manifestantes. La policía, que contó con un despliegue de 450 agentes, tuvo que intensificar su presencia y cerrar las calles adyacentes. A pesar de la tensión, algunos manifestantes condenaron la violencia, pero la situación escaló rápidamente.
A diferencia de las protestas anteriores, esta vez no se reportaron heridos. Tras la disolución de la manifestación, un grupo menor se manifestó pacíficamente, con consignas dirigidas a la policía y a los medios de comunicación. El martes pasado, la manifestación resultó en 39 heridos y seis detenciones, mientras que la del miércoles se mantuvo controlada con unos 1.500 asistentes.
Santiago Abascal, presidente de Vox, se unió a los manifestantes, declarando que «hay que estar en la calle hasta detener el golpe», y Alberto Núñez Feijóo, líder del PP, pidió pacifismo a través de la red social X.
Los manifestantes expresaron su descontento no solo contra la amnistía, sino también contra figuras políticas como Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, con lemas como «Este presidente es un delincuente» y «Puigdemont, a prisión». Además, se escucharon críticas hacia el Rey y el PP, con proclamas como «Felipe, masón, defiende tu nación».
Mientras tanto, en otras ciudades como Barcelona, Valencia y Murcia, se desarrollaron concentraciones sin incidentes, reflejando el malestar nacional pero en un tono controlado.
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