En Madrid, la calle Ferraz fue escenario de la undécima jornada consecutiva de manifestaciones pacíficas. Convocadas en oposición a la ley de amnistía y a los acuerdos del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez con partidos independentistas catalanes, estas protestas congregaron a unas 1.200 personas, cifra proporcionada por la Delegación de Gobierno. Este número sigue la línea de asistencia de la jornada anterior, aunque el domingo se observó una mayor concentración, especialmente durante la tarde en la Puerta del Sol.
Con la intención de asegurar la seguridad, la Policía Nacional cerró varias calles, incluyendo Marqués de Urquijo y las ya previamente bloqueadas Ferraz, Buen Suceso y Quintana. Estas medidas se tomaron antes de la convocatoria oficial, que fue ampliamente difundida en redes sociales y respaldada por el partido Vox, con la implementación de numerosas vallas de seguridad en torno a la sede nacional del PSOE.
Destacando en la protesta, Santiago Abascal, líder de Vox, se hizo presente junto a figuras clave del partido como Pepa Millán, Juan García Gallardo y Javier Ortega-Smith, quienes ya han participado en manifestaciones anteriores en este mismo lugar. Además, se unió a ellos el comentarista político conservador estadounidense Tucker Carlson.
El despliegue policial fue notable, al igual que en días anteriores. Aproximadamente a las 19:30 horas, los manifestantes ya se habían reunido, entonando consignas que han caracterizado estas protestas. Entre ellas, destacan frases como «no es una sede, es un puticlub», «Sánchez, si tienes cojones convoca elecciones», «Puigdemont a prisión», y críticas tanto a la prensa como a la Policía Nacional y al rey de España.
Un aspecto llamativo ha sido la demanda reiterada de una huelga general, expresada por los participantes en desacuerdo con la ley de amnistía y el gobierno actual, calificado por ellos como «golpista». Con expresiones de descontento hacia el Gobierno y la situación política en España, algunos manifestantes han expresado su preferencia por trasladarse a Italia, en apoyo a figuras políticas como Meloni.
Durante la manifestación, se observaron numerosas pancartas y banderas españolas, algunas con mensajes directos sobre la amnistía y la independencia de Cataluña. Aunque la protesta fue en su mayoría pacífica, se reportaron enfrentamientos verbales entre grupos de manifestantes. La convocatoria empezó a disiparse alrededor de las 23:00 horas, aunque algunos grupos permanecieron en el lugar continuando con cánticos e insultos.