viernes, noviembre 22, 2024
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Dimiten el director general del SAS y el viceconsejero de Salud de la Junta de Andalucía

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David Durán
David Durán
Periodista, escritor y comentarista, especializado en el motorsport y e-sports. Corresponsal en Andalucía para Estrella Digital.

En la mañana del miércoles 27 de diciembre se han anunciado las dimisiones ‘por cuestiones personales’ tanto del director general del Servicio Andaluz de Salud (SAS) Diego Vargas como del viceconsejero de Salud Miguel Ángel Guzmán, quien había sido anteriormente (entre noviembre de 2019 y julio de 2022) gerente del SAS. Dos dimisiones de altos cargos en materia de Salud en Andalucía en un momento delicado, pues los repuntes de casos de gripe por las bajas temperaturas se unen al revuelo producido por el aumento incesante de las listas de espera en la sanidad pública andaluza, además de la situación de la atención primaria.

Guzmán era hasta ahora el número dos de la consejería de la Junta por debajo de la consejera Catalina García, de la cual varios sectores de la oposición, empezando por el secretario general del PSOE Andalucía Juan Espadas, han pedido su dimisión. No ha llegado la de Catalina García, pero sí de su persona de confianza así como la del gerente del SAS. Guzmán, oriundo de Málaga, licenciado y doctor por la Universidad de Málaga y técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales por la Generalitat de Catalunya, había sido antes de viceconsejero y gerente del SAS el director gerente de la Agencia Pública Empresarial Sanitaria Bajo Guadalquivir.

Por su parte, Diego Agustín Vargas (a efectos prácticos número 3) es licenciado y doctor en Medicina por la Universidad de Granada además de acumular diferentes titulaciones de máster en Dirección y Gestión de Empresa, Calidad de Servicios Sanitarios y Asistencial, Avances en Cardiología y el de Urgencias Hospitalarias y Cuidados Críticos. Al igual que en el caso de Guzmán, la dimisión de Vargas se ha producido, según han asegurado desde la Consejería de Salud a Europa Press y otros medios, por ‘motivos personales’ si bien la situación con las listas de espera sugiere otra cosa.

Según Europa Press, ya hay nombres pensados para relevar tanto a Guzmán como a Vargas. La futura viceconsejera de Salud será María Luisa del Moral, actual portavoz de Sanidad del Partido Popular en el Congreso de los Diputados. Vargas, por su parte, será reemplazado por la actual gerente del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Valle García, que pasaría a estar al frente del vilipendiado SAS.

Mientras tanto el SAS, el mismo día que se ha confirmado la dimisión de ambos cargos, ha querido centrarse en esos 556.607 euros al concierto de 38 nuevas plazas de residencia para víctimas de malos tratos con algún tipo de adicción. Una partida de más de medio millón de euros proveniente de la que tendrá dentro de los presupuestos andaluces de 2024, aprobados hace apenas unos días en el Parlamento de Andalucía gracias a la mayoría absoluta del PP Andalucía.

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Catalina García, consejera de Salud de la Junta de Andalucía.

1.045.106 personas en lista de espera

Ahora bien, aparte de los pacientes pendientes de ser tratados por un especialista u operados, en las listas de espera del SAS se encuentran más de un millón de personas, en concreto 1.045.106 – la mayor parte en Málaga con 239.457 personas a la espera y Sevilla con 205.647 pacientes. La situación en Cádiz o Jaén, con 159.226 y 113.782 personas esperando a ser atendidas, no es mucho mejor, además de las casi 100.000 personas en esta misma situación en Granada o Almería.

Esta noticia ha sido comentada por el líder de la oposición en el parlamento, el secretario general del PSOE y portavoz socialista en el Senado Juan Espadas. Este considera que estas dos dimisiones confirman la pésima gestión que se está haciendo del SAS y de la sanidad pública en Andalucía.

«Las dimisiones en la cúpula de Salud demuestran lo que llevamos denunciando desde el grupo parlamentario socialista en el Parlamento de Andalucía y a través de plataformas, alcaldes y alcaldesas en relación a la atención primaria. Una situación desastrosa de gestión de la sanidad pública en Andalucía, más las nueve dimisiones anteriores, están demostrando claramente que las adjudicaciones a dedo de transferencia de la sanidad pública a la sanidad privada era sólo la punta del iceberg que demuestra la incapacidad para gestionar lo público e invertir en profesionales sanitarios del Partido Popular«, declaró Espadas.

«Es muy grave y debe ser demandado y reivindicado por los andaluces y andaluzas al señor Moreno Bonilla, que con la sanidad está generando uno de los problemas más graves de la Junta de Andalucía«, añadió Espadas referente a la dimisión del viceconsejero de Salud y del gerente del SAS.

No hay que olvidar, por otro lado, que los problemas de financiación y estructuración del SAS vienen no desde el momento en el que el PP de Juanma Moreno sube al poder, sino desde que se empezaron a realizar recortes en Sanidad aún con el PSOE de Griñán al frente de la Junta de Andalucía. Desde entonces, tanto las listas de espera (creíbles hasta cierto punto) como los pacientes esperando a ser operados no han parado de crecer en la comunidad autónoma.

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Guzmán, hasta ahora viceconsejero de la Junta, en una visita a Lora del Río.

Las listas de espera desesperan al SAS desde hace una década

Ya desde 2013 y 2014, los datos referentes a las listas de espera para operaciones quirúrgicas eran alarmantes, con cerca de 100.000 pacientes (95.000 en concreto) según cifras oficiales, por encima de las 83.500 de Cataluña y 70.000 de Madrid, mientras que otras comunidades autónomas, como La Rioja, Cantabria o Navarra, se encontraban con 10.000 pacientes en lista de espera o menos.

La situación existente en aquel entonces era una consecuencia directa de los recortes en sanidad cuando era el PSOE el que estaba al frente de la Junta de Andalucía, proveniente de Manuel Chaves y José Antonio Griñán (entonces en pleno ojo del huracán por el estallido del caso de los ERE, si bien Griñán logró eludir la cárcel debido a que, supuestamente, su tratamiento para el cáncer que padece es incompatible con su estancia en prisión.

Ya entonces se daban casos de cientos de muertes al año provocadas por negligencias médicas (798 en 2013 frente a las 692 de 2012), además de en torno a 14.250 errores médicos más. En ese mismo 2013, 623.800 pacientes esperaban para entrar al quirófano y la demora ya alcanzaba los 100 días de media. Por aquel momento estaba Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía, la misma que veía como la consejería de Salud cada vez reflejaba peores datos: en aquel momento, Andalucía destinaba unos 1.000 euros por habitante en gasto sanitario, la comunidad autónoma que menos invertía por habitante frente a los 1.500 del País Vasco.

Para 2015 se destinarían 8.402,7 millones de euros a Salud, elevándose la cantidad a 8.808 millones de cara a 2016. Pese al incremento de la cantidad destinada a Salud, las listas de espera no bajaban en esos últimos años con el PSOE al frente de la Junta. Se mantuvieron en unos 94.438 pacientes esperando a ser atendidos, de nuevo en lo más alto de la media nacional.

Desde 2011 hasta entonces, en apenas un lustro, se había producido un incremento del 26% – ya entonces la lista de espera, con 74.934 pacientes, era de las más largas con muchos pacientes sin siquiera saber si serían operados en los meses siguientes. Un problema que el PSOE en Andalucía no ha sabido solventar ni con gobiernos socialistas en España (caso de Zapatero, presidente hasta 2011) ni con los populares al frente en los tiempos de recortes de Mariano Rajoy.

Unas listas de espera, además, relativamente fáciles de falsear mediante métodos burocráticos, asegurando a los pacientes que las listas están cerradas de manera que es complicado conocer con exactitud la verdadera extensión de esas listas de espera. Esto ocurría no solo en la Junta del PSOE, sino en la propia Galicia en los tiempos en los que Alberto Núñez-Feijóo era el presidente de la Xunta.

En el caso de Andalucía, el SAS elige como fecha de corte el mes de junio, cuando las listas son menores – cuando el personal está de vacaciones en los meses de verano, los cierres de camas hacen que la lista aumente de manera considerable. Por otro lado, existen algunas especialidades, como es el caso de reumatología o cirugía vascular, que pueden acumular listas de espera de unos dos años en según qué provincias andaluzas.

En la actualidad (ya con el PP al frente de la Junta), Andalucía sigue por debajo de la media española en lo que respecta a gasto sanitario, superando los 1.600 euros por habitante (frente a la media que se sitúa por encima de los 1.900 euros por habitante. Sólo la Comunidad Valenciana, Barcelona y Madrid dedican menos cantidad por habitante en gasto sanitario, un dato por el que la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz-Ayuso ha sido vilipendiada por la oposición y parte de la masa electoral.

Esta tendencia del SAS de la que se hablaba antes no ha variado ni con los populares ahora en el poder (desde enero de 2019) ni con un gobierno del PSOE (junto con Sumar y el resto de socios de gobierno) al frente del Ejecutivo desde 2018. Unas listas de espera que, ni en una época ni en otra, provocan confianza ni aires de veracidad sino solo filos de armas para lanzar a la bancada contraria. Preocupa aún más el dato de 1.045.106 personas en estas listas de espera para ser atendidas u operadas, cifras que manejan tanto PSOE Andalucía como Podemos como arma contra Moreno y todo el conjunto de los populares.

Según las cifras oficiales más recientes, Andalucía cuenta con unos 192.561 pacientes pendientes para ser operados (al menos que se hayan contabilizado para los datos del Ministerio de Sanidad publicados entre junio de 2022 a 2023), una tasa de 23,24 pacientes por cada 1.000 habitantes. Sólo Asturias, Cantabria, Extremadura y La Rioja cuentan con tasas mayores, teniendo un notable menor número de habitantes viviendo dentro de la comunidad autónoma. Andalucía se sitúa también entre las más altas en lo que respecta a porcentaje de pacientes con más de seis meses de espera con un 25%, con tan solo Canarias (26%) y Ceuta (25,1%) con registros superiores y Cantabria (24%), Cataluña (23,7%) y Extremadura (24,8%) con cifras similares.

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