En respuesta a la creciente preocupación por el aumento de casos de gripe, COVID-19 y otros virus respiratorios, el Ministerio de Sanidad ha anunciado cambios en las políticas de uso de mascarillas. La medida, que inicialmente impondría el uso obligatorio de mascarillas en centros sanitarios a partir de este miércoles, ha sido modificada tras enfrentar la resistencia de varios gobiernos regionales.
Según la nueva directriz, comunicada en una rueda de prensa por Mónica García, la ministra de Sanidad, las comunidades autónomas que registren una disminución en la incidencia de estos virus durante dos semanas consecutivas tendrán la opción de suavizar la normativa. En estas áreas, el uso de mascarillas en centros sanitarios podrá pasar de ser una obligación a una mera recomendación. «aquellas comunidades autónomas con una baja incidencia de estos virus durante dos semanas podrán recomendarla, en lugar de exigir su uso», explicó García.
La ministra ha enfatizado que la orden aún no ha sido distribuida a todas las comunidades, pero aseguró que «estará en vigor a lo largo del día». Esta flexibilización surge en un contexto de debate sobre la mejor manera de abordar la actual ola de infecciones respiratorias.
Aunque inicialmente la obligatoriedad de la mascarilla se aplicaría sin excepciones, la situación actual permite a las comunidades con mejores indicadores de salud pública adaptar la medida a sus necesidades específicas.
En cuanto a los centros sociosanitarios y farmacias, la recomendación general es el uso de mascarillas, pero sin imponerlo como un requisito obligatorio.
Esta decisión del Ministerio de Sanidad marca un equilibrio entre la precaución necesaria ante el aumento de casos de enfermedades respiratorias y la flexibilidad requerida por las diferentes situaciones epidemiológicas regionales.