Nuevos detalles han salido a la luz sobre la tragedia en la base militar de Cerro Muriano, donde fallecieron el soldado Carlos León Rico y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar. Según el abogado Luis Romero, representante del soldado sevillano, al menos 20 militares llevaban sobrecarga en sus mochilas como «castigo por la mala ejecución de un ejercicio previo«. Este hecho confirmado, plantea interrogantes sobre la seguridad en las prácticas militares.
Según las diligencias del caso, casi la mitad de los soldados cargaba desde dos semanas antes del fatídico suceso con lastre en sus mochilas, específicamente una mina inerte. Este peso adicional no era portado por los mandos ni los soldados de la segunda sección, sugiriendo que fue colocado por órdenes superiores.
La instrucción incluía la entrada al agua de la primera sección en un lago de la base, sin chalecos salvavidas para aligerar el peso. La práctica se vio frustrada cuando algunos efectivos pidieron auxilio desde el agua, resultando en la trágica pérdida de vidas. Testigos han denunciado la falta de medidas de seguridad, como línea de vida, ambulancia o flotadores.
Las familias de los fallecidos buscan respuestas, y la Fiscalía Provincial considera que la jurisdicción militar es competente para la investigación. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha expresado su «más sentido pésame» y promete colaborar con la justicia «sin reserva alguna», instando a la máxima transparencia en el esclarecimiento de los hechos. La Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X, afectada por esta tragedia, ha sido reconocida por su participación en misiones internacionales.