La Ley Trans acaba de cumplir su primer aniversario y en este primer año de vida, 37 policías y militares de Ceuta la han utilizado para cambiarse de sexo y supuestamente obtener beneficios por su nueva ‘condición’ de mujer. Todo apunta a que se trata de un fraude de ley para ascender dentro del cuerpo.
En este último año, en Ceuta se han registrado un total de 49 cambios de sexo. De estos, ocho han sido de mujeres que han pasado a ser hombres y han cambiado su nombre en el registro. Los 41 restantes son cambios de hombres a mujeres, pero solo cuatro de ellos han modificado también su nombre. Curiosamente, esto muestra cómo 37 funcionarios —policías y militares— han cambiado su sexo legal a mujer, aunque siguen manteniendo su nombre.
El cambio se realiza con la intención de promocionar a nivel interno en sus puestos de trabajo. Por ejemplo, la Ley de Tropa y Marinería establece que los soldados temporales deben salir de las Fuerzas Armadas a partir de los 45 años, lo que complica mucho la posibilidad de conseguir plaza fija. De ahí que muchos militares se planteen opositar para acceder a la Guardia Civil o a la Policía Nacional.
Con el cambio legal de sexo, conseguirían —según apuntan fuertes cercanas a los cuerpos policales de Ceuta— algunos beneficios por ser mujeres. Las Fuerzas Armadas en España se han marcado el objetivo de aumentar la presencia femenina y de ahí que gocen de algunos beneficios que facilitan el acceso. Esa sería la pretensión de los casi 40 policías y militares que estarían intentando cometer un fraude de ley con el fin de acceder a beneficios bajo el sexo femenino.
La introducción de la Ley Trans agilizó el proceso de cambio de sexo, porque se elimina la necesidad de contar con un informe psiquiátrico, psicológico o haber tenido que estar un mínimo de dos años hormonándose. Ahora, se reconoce la autodeterminación de género y basta con la voluntad para poder modificar el sexo legal. La persona que lo solicite deberá manifestar su decisión y ratificar la petición en un plazo máximo de tres meses.
Sin embargo, la Ley también contempla que haya quien quiera utilizarla para eludir una condena por violencia machista, así que en esos casos se juzga con la identidad que tenía en el caso de cometer el delito. Y, evidentemente, hay un control por parte de las administraciones que impide utilizar la ley de manera fraudulenta.