En la víspera del 8M, cerramos nuestra serie de artículos que nos han llevado hasta el Día Internacional de la Mujer. Este viernes, miles de mujeres en toda España saldrán a las calles para seguir luchando por sus derechos, porque esta fecha no es de celebración, es de reivindicación. Reivindicar la igualdad entre hombres y mujeres a todos los niveles: el final del techo de cristal, de la brecha salarial y de la violencia machista, la igualdad de oportunidades, el reparto en los cuidados, la educación feminista y, en última instancia, el fin del sistema patriarcal.
Un vistazo rápido a las olas del feminismo
Las reivindicaciones de las feministas actuales distan mucho de las que hicieron las mujeres hace siglos, de ahí el movimiento se divida en ‘olas’. La primera ola del feminismo abarcó los siglos XVIII, XIX y principios del siglo XX. Surgió con una forma de protestas contra la negación de los derechos civiles y jurídicos, siendo la primera vez que las mujeres se organizaban para luchar por sus derechos.
Justo aquí aparecieron las sufragistas, el movimiento que permitió que las mujeres pudieran votar. También reclamaron derechos civiles dentro del matrimonio y laborales para pedir condiciones de trabajo justas e igualitarias. Los Cuadernos de Queja (1789), por ejemplo, sirvieron para que las mujeres expresaran su posición de subordinación histórica.
Después de conseguir el voto femenino, comenzó la cuarta ola y la llegada de lo que se definió como ‘nuevo feminismo’. En este momento, las principales corrientes eran el feminismo liberal, radical y el socialista, que partían de la opresión de las mujeres aunque introducían corrientes de pensamiento diferentes en algunos aspectos clave.
Las reivindicaciones de esta segunda ola buscaban la igualdad plena, reivindicar los derechos reproductivos y sexuales de las mujeres, así como denunciar que el trabajo doméstico estaba invisibilizado. Este feminismo puso la emancipación de la mujer en la agenda pública en los años 70, pero empezó a perder fuelle en los años 80. Sin embrgo, en los años 90 volvió a intensificarse y eso dio lugar a la tercera ola del feminismo.
Surgió también en base a las reivindicaciones que en 1992 hicieron las mujeres latinoamericanas en Estados Unidos. Se centró mucho más en el invidualismo y se puso el foco en la diversidad, por lo que comenzó a cobrar protagonismo el feminismo interseccional.
Ahora, muchos teóricos empiezan a hablar de la existencia de una cuarta ola, que podría haber llegado con el movimiento #MeToo y el 8 de marzo de 2018, que marcó un precedente en España.
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Las reivindicaciones actuales del 8M
Las reivindicaciones de las feministas en el marco del 8M han cambiado con el paso de los años. En la actualidad, todas las demandas se han centrado en dejar de considerar el machismo, el patriarcado o la violencia machista como un problema público para darle la consideración de asunto público que debe estar en la agenda política.
Las feministas marcharán este 8M para seguir conquistando derechos, luchar contra todas las formas de violencia contra la mujer, acabar con el acoso sexual, la cultura de la violación y abordar aspectos como el bodyshaming y los estándares de belleza fisica.
Sin embargo, el movimiento feminista actual está dividido por la polémica Ley Trans. De ahí que, por ejemplo, mañana se hayan convocado dos manifestaciones diferentes en Madrid. Por un lado, están las defensoras de la ley y, por otro, las que defienden un feminismo abolicionista y contrario a la autodeterminación de género.