Desde el primer instante en el que se anunció la posibilidad, el PSOE Andalucía se alineó con su Ejecutiva Federal en el asunto de la amnistía, como también han hecho gran parte de las federaciones de los socialistas en España – la única ‘gran voz’ en contra ha sido la de Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha. Juan Espadas, acompañando a ese giro de 360 grados que hizo Pedro Sánchez en el microsegundo en el que vio en ERC y Junts la llave para mantenerse una legislatura más en el trono de la Moncloa, comenzó a defender a capa y espada (valga la redundancia) ese ‘cambio social necesario’.
Incluso en Cataluña, salvo que se hable de zonas muy concretas o puntos muy determinados de la sociedad catalana, no es realmente una cuestión primordial, como ocurre con muchos otros temas que aparecen y desaparecen cada semana de la actualidad política, ya sea a nivel autonómico o nacional. Sí que pesan más en el colectivo social escándalos de corrupción, como son los caso Koldo (que también llega a Andalucía, tanto a militantes del PSOE como alcaldes del PP como ha destapado la UCO), caso Mediador o, como no podría ser de otra manera en Andalucía, los ERE. Pero, sobre todo, todo lo que tenga ver con su día a día va a estar más presente en sus cerebros.
¿Ha cambiado la inclinación de los catalanes con respecto a independencia sí o independencia no respecto a aquel 1 de octubre de 2017? En cierto porcentaje, sin duda, si bien existen muchos que se mantienen férreos en sus posicionamientos a favor o en contra. Bien por cabezonería, bien por intereses, o bien por razonamientos profundizados y argumentos más que estudiados. Razones o argumentos, como existir, existen. Que sea una necesidad social, una urgencia (tan urgente como la subida de sueldos en la Junta de Andalucía a principios de este 2024) que resolverá agravios de peso o no ya es otra cosa.
En fechas recientes Espadas ha defendido de nuevo la ley de amnistía que, en principio, se llevará a votación en el Congreso de los Diputados a mediados de marzo. Lo que espera el también portavoz de los socialistas en el Senado es que tanto ERC como Junts comprendan la importancia de esto para dar cierre a todo lo ocurrido con el procés y que todo quede olvidado. Excepto que todo lo vivido, todo el camino andado, no se olvida o desanda jamás a golpe de pulgares a favor o en contra en una cámara en España.
«Es la decisión de un gobierno valiente que quiere que pasemos página de una situación de conflicto social y político que ha afectado a nuestro país de manera grave y a Cataluña en general. Que apostemos por la reconciliación, la normalización y, en definitiva, seguir avanzando en nuestro país dedicándonos a mejorar la vida de la gente con progreso y con avance social. Que no sigamos estancados en una dinámica de confrontación como la que produjo el procés en Cataluña en su momento. Para eso hay que ser valiente, generoso«, declaró Espadas según recoge Europa Press.
«No pido a los partidos independentistas que cambien de opinión en sus postulados, sino que entiendan que esta generosidad que va convertirse en mayoría parlamentaria debería corresponderse también con el reconocimiento de lo que significa este paso, que la sociedad española comprenda que esto se hace por el interés general de España. Que puedan explicar la importancia de hacer esto y llega el momento de conciliar. Que tengamos altura de miras como está teniendo el PSOE, que ellos también contribuyan en que se cierre el capítulo del procés«, añadió Espadas.
PSOE Andalucía, defensor a capa y Espadas de la amnistía
Espadas trata de difundir, junto al resto de su formación, una visión positiva, generosa, benevolente de la amnistía para los andaluces. Una muestra de lo que significa, en política, ser ciudadanos ejemplares. Una cuestión que en toda Andalucía, en una encuesta realizada a nivel interno el pasado mes de octubre, apoyó un porcentaje más bien ínfimo de una cuestión que, en realidad, no interesa en Andalucía. Y, si interesa, rara vez es para posicionarse a favor, exceptuando que se pregunte a militantes que siguen las directrices conocidas.
Y cabe preguntarse hasta qué punto tiene razón Espadas. Hasta qué punto la gente va a dejar de lado todo lo ocurrido en aquellas manifestaciones, en aquel referéndum inconstitucional, en aquel Tsunami Democrático, los policías del ‘Piolín’ y toda esa ola con la que se bombardeó en medios de comunicación durante días en Barcelona (cuando, en realidad, el 80% o más de los habitantes de la Ciudad Condal hacían su vida como si nada unas calles a la izquierda o a la derecha). Un recuerdo no necesariamente con rencor, pero sí con una estampa muy clara en la sociedad.
Y ahora, los que lideraron todo aquello (con énfasis en esto), podrían ver cómo no sólo son restituidos a nivel legal, sino perdonados por algo que nunca mostraron arrepentimiento. Los que escaparon de la justicia, los que no huyeron y aceptaron las consecuencias… es decir, un trato de privilegio. Y eso no debería, a priori, casar con la idea de igualdad, de lo que tradicionalmente ha defendido el socialismo. Con un partido de otra parte de España, digamos Andalucía, esto sería muy difícil de imaginar.
En muchísimos otros escenarios, que partidos como PSOE o Junts fueran capaces de ponerse de acuerdo de manera tan vertiginosa se hubiera celebrado. Y, si realmente ayudara más a la sociedad, la convivencia y la equidad entre ciudadanos españoles, sería digno de aplauso. Ahora bien, tal como se ha planteado y cuando se ha planteado, tras las conocidas posturas antes de las generales del 23 de julio, resulta cuanto menos difícil de creer.
También difícil de creer sería ‘dejar atrás el procés’ y ya está. Junts no ha ocultado su intención de, una vez la amnistía sea una realidad, continuar los pasos para la pretendida independencia de Cataluña. La amnistía, como concepto, tiene un sentido claro y así se avala en otras partes de Europa. Pero ese argumento del líder del PSOE Andalucía de cerrar el capítulo del procés no casa por las altas probabilidades de poder abrir, casi de inmediato, un libro entero.