Hace unos días, el portavoz de la Junta de Andalucía y consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul Ramón Fernández-Pacheco daba algunas pinceladas de los planes del PP Andalucía de cara a los próximos años. Algunos, ya conocidos y que se reafirman, mientras que otros son cuanto menos reflejo interesante de lo que podríamos ver en los próximos años en la formación que, con Juanma Moreno al frente, preside la Junta.
De entrada, queda reafirmado el hecho de que Juanma Moreno será de nuevo, casi con total certeza, el candidato del PP Andalucía para las próximas elecciones autonómicas que tendrán lugar en 2026. Fernández-Pacheco, en declaraciones recogidas por varios medios, ha asegurado que el presidente Moreno no tiene ningún delfín ni lo necesita – delfín, por supuesto, en el sentido político, un sucesor (incluso familiar en algunos casos) que siga la trayectoria política. Es decir, no hay sucesor directo para esa vía andaluza del diálogo de la que ha hecho gala en este último lustro al frente de la Junta.
Ya en un artículo anterior detallamos que la idea que tiene en mente el actual presidente de la Junta de Andalucía es estar hasta tres mandatos al frente de su proyecto para llevar a cabo todos los cambios que quiere hacer en Andalucía, lo que supondría estar más de una década – de ser reelegido en 2026, Moreno estaría como presidente hasta 2030, unos once años en el poder. Su idea original era de dos mandatos (es decir, ocho años), algo que se ha alterado entre otros motivos por la pandemia del covid-19, además de los efectos secundarios que la sequía está teniendo sobre la economía andaluza, en especial sobre la agricultura y la ganadería.
De llegar hasta 2030 como presidente, lo haría rozando los 60 años de edad, además de superar los tres lustros como líder del PP Andalucía – Moreno se igualaría al tiempo que estuvo Javier Arenas como presidente del PP Andalucía sumando sus dos mandatos, el primero entre 1993 y 1999 y el segundo entre 2004 y 2012. Un Javier Arenas que, a sus 67 años, sigue figurando como presidente de honor además de haber sido portavoz del Grupo Popular en el Senado hasta la pasada legislatura.
La cuestión es si, una vez llegue 2030, Moreno tendría o no delfín, ya sea alguien de su actual Consejo de Gobierno, el secretario general del partido Antonio Repullo o alguien procedente de Nuevas Generaciones, como el actual presidente Enrique Rodríguez o su secretaria general Isabel Fernández, así como el coordinador general José Carlos García o incluso el coordinador de acción parlamentaria Jaime Espinar, que tanto está haciendo en Jerez como teniente de la alcaldesa María José García-Pelayo y número 3 del PP Jerez.
Alguien que, en definitiva, continúe el trabajo que se ha estado realizando hasta ahora en Andalucía. Como es evidente, en más de cinco años pueden salir muchos nombres, tanto de la rama principal como de Nuevas Generaciones. Distinto sería sí, rozando los 60, Moreno considera que puede seguir dando guerra como los viejos rockeros. Eso está aún por ver, teniendo en cuenta la importancia del ámbito familiar en su vida como en la de otros políticos de primera línea en el terreno autonómico. La vuelta a Génova, por ahora, no parece la opción más probable.
Desde luego (¿Qué esperabais?), Fernández-Pacheco se descarta como posible delfín. De hecho, para cuando lleguen las elecciones autonómicas, ni siquiera confirma si seguiría al frente de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, si bien esto dependería de lo que le pidiese Moreno (lo que le pediría el partido, dicho de manera poética). Eso sí, lo que ha asegurado es que cuando termine su paso por la Junta de Andalucía, ya sea por cambio de directiva o por derrota electoral, Fernández-Pacheco tiene intención de volver a Almería, donde ya fue alcalde durante siete años.
¿Y si Espadas y el PSOE Andalucía (u otros) alterasen los planes de Moreno?
La cuestión es, ¿Cómo cambiaría el escenario o los planes de Moreno y el PP Andalucía en caso de victoria del PSOE Andalucía? A priori, Espadas será su primer ídem en su lucha por reconquistar Andalucía, donde gobernaron durante más de tres décadas y media. Para ello, tendrían (salvo que la masa votante socialista decida simplemente pasarlo por alto) que limpiarse esos lodos del caso ERE que aún siguen saliendo a través de piezas y piezas (recordemos que sólo se ha identificado poco más de una tercera parte después de una década), así como otros casos como los más recientes Mediador y Koldo.
Aún así, la política y las elecciones pueden llegar a tener cierto grado de impredecibilidad y Espadas sigue trabajando en su meta. Ya sea como secretario general del PSOE Andalucía, portavoz del Grupo Socialista en el Senado o liderando ese gobierno alternativo del que no se sabe mucho (casi nada, de hecho) desde hace varios meses, tras aquella reunión centrada en la salud pública. Un gobierno alternativo en el que ha contado con gente afín a él, así como a antiguos alcaldes e incluso ministros como Carmen Calvo, antigua vicepresidenta del Gobierno. Mucho puede pasar en estos dos años y pico hasta las elecciones autonómicas, aunque de momento las estimaciones de voto se inclinan más a favor del PP.
Lo que lleva, por otro lado, al resto de fuerzas políticas…o falta de las mismas teniendo en cuenta que tras un breve período más abierto, el bipartidismo vuelve a estar presente teniendo en cuenta los peligros que suponen la fragmentación del voto. Se ha visto con PP y Vox a escala nacional y está por ver cómo se organizarían las izquierdas en las autonómicas entre PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía, o como se organicen (o no) bajo el paraguas de Sumar. Eso sí, en el último barómetro de Centra se estima que Por Andalucía y la coalición de Sumar podría escalar más de un 4%, pudiendo superar a Vox si la tendencia sigue así.