Sumar ha registrado una iniciativa parlamentaria para que el Gobierno declare como Lugar de Memoria Democrática la sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. La Real Casa de Correos fue la Dirección General de Seguridad (DGS) durante el franquismo y ahora la formación de Yolanda Díaz quiere homenajear a todas las personas que lo sufrieron.
La proposición no de ley que ha presentado Sumar este miércoles se basa en la Ley de Memoria Democrática. La intención es reconocer la Real Casa de Correos como un Lugar de Memoria Democrática al «colocar una placa en un lugar visible para toda la ciudadanía, en la que aparezcan los nombres de las víctimas y las organizaciones de procedencia, en memoria de las personas que sufrieron violencia, vejación, persecución o privación de libertad por ejercer sus derechos fundamentales, por defender las libertades y la democracia».
La formación también quiere que el espacio sea «accesible para toda la ciudadanía y que promueva el derecho a la verdad, justicia, reparación y la garantía de no repetición de las víctimas del franquismo«.
Defienden que la Real Casa de Correos fue sede de la DGS y de la Brigada Político Social. Las instalaciones fueron un centro de detención y torturas por el que pasaron miles de personas por motivos políticos y sociales, por su ideología, convicción religiosa o por su orientación sexual. Y durante la Transición también funcionó como un centro de torturas.
«La Brigada Política Social pasó a llamarse Brigada General de Información, un cambio de nombre, pero las mismas torturas policiales«, apuntan desde Sumar. Además, Díaz ha defendido que muchas asociaciones y colectivos de memoria democrática llevan años pidiendo que se coloquen una placa que homenajee a todas las personas afectadas.
«Hasta la fecha no se ha llevado a cabo ninguna actuación en memoria de todas las personas detenidas, torturadas y asesinadas durante la dictadura franquista en la Real Casa de Correos, actual sede de la Presidencia Comunidad de Madrid», apuntan para justificar su petición.
Además, reconocen que sería «una acción que daría un paso más en la reparación de las víctimas y, en parte, nos homologaría con otras capitales europeas que han sido escenario de la barbarie del nazismo y del fascismo, donde hay placas o museos que recuerdan a las personas que lucharon por su liberación».