Las continuas lluvias que han caído en toda España fruto de la borrasca Nelson durante toda la pasada Semana Santa, la misma que tantas desgracias ha traído a los más de 600.000 cofrades registrados en Andalucía, han supuesto toda una bendición para el valle del Guadiato, tan necesitado de agua durante gran parte de 2023. Estas lluvias, que de hecho han continuado tras Semana Santa, han dejado cientos de litros de agua en varios pueblos de la zona, tan castigada con estos años de sequía y en particular durante el pasado 2023, de modo que el agua embalsada debería dar para varios años.
Las cosechas de viñedos y otros cultivos habituales de la zona del Guadiato, ubicado junto al valle de los Pedroches, han sufrido hasta recoger una mínima parte de la cosecha en comparación con años anteriores, con el impacto económico que ello supone. Al igual que ocurre en Doñana, la agricultura y la ganadería supone gran parte del PIB de la zona y ambos sectores se han visto muy afectados por la falta de agua que se produjo el año anterior.
A esto se suma además los problemas de suministro de agua potable que se produjeron desde abril, lo que ha llevado a que durante más de medio año los vecinos de los pueblos de la zona – que suman en torno a 80.000 personas hayan tenido que subsistir a base del racionamiento de garrafas de agua. El agua que salía de los grifos salía mezclado con impurezas que la hacían inviable para el consumo humano y el gasto consecuente de llevar el agua hasta los vecinos para los ayuntamientos ha supuesto, según datos de la empresa pública, un coste de unos 8 millones de euros.
Ya el pasado mes de diciembre la Junta de Andalucía asumía la resolución de este problema con una partida de 15 millones de euros mediante un acuerdo entre la consejera de Agricultura y Pesca Carmen Crespo y el presidente de la Diputación de Córdoba Salvador Fuentes, con el presidente Juanma Moreno anunciando el mismo acuerdo una vez firmado. La Estación de Tratamiento de Agua Potable de Sierra Boyera será el fruto resultante de este acuerdo que busca atajar de raíz el problema de potabilidad en los pueblos ubicados al norte de la provincia andaluza.
Por otro lado, el agua embalsada en la zona de La Colada tenía una gran cantidad de algas lo cual también complicaba su uso para el consumo humano – además, los generadores eléctricos existentes para bombear el agua no funcionaban con la potencia necesaria, de modo que hubo que utilizar generadores de gasoil, con el consecuente gasto añadido para todos los municipios que necesitaban dicho suministro. Ahora bien, según pudo consultar Estrella Digital a fuentes oficiales, en este caso no se trata de una obra que sea competencia de la Junta de Andalucía sino del Gobierno de España. A la hora de preguntar este medio acerca del avance de estas obras, fuentes del Gobierno ha declinado responder.
De un embalse seco a superar el 70% de agua embalsada
Las lluvias caídas no sólo con la borrasca Nelson a finales de marzo, sino a principios del mismo mes en marzo y en el mes de febrero, suponen un gran alivio para toda la comarca, algo que llevaban mucho tiempo esperando. De tener el embalse de Sierra Boyera prácticamente seco (menos de un 1% incluso) se ha llegado a superar el 73% con el acumulado de estas lluvias, sobre todo con las precipitaciones de los últimos diez días. Esto supone que la zona del Guadiato debería tener agua suficiente para los próximos cuatro o cinco años, salvo imprevistos de última hora.
Aún así, ante la temporada estival, se mantiene la cautela ante la posibilidad de que haya cortes en el suministro para dosificar la cantidad de agua disponible. Los ayuntamientos de la zona del Guadiato espera que, ahora que la madre naturaleza ha dado una tregua, no se paren todos los procedimientos para luchar contra la sequía que se vienen haciendo durante todos estos meses. De hecho, para que la Estación de Tratamiento de Agua Potable de Sierra Boyera empiece a funcionar se estima que puedan pasar dos años o más.
A esto se suma que los alcaldes de la zona siguen esperando desde hace cerca de un año que la Diputación de Córdoba convoque una reunión en la que se informe acerca de los planes de actuación con respecto a la distribución de agua. Una reunión que sigue siendo de necesidad para poder aprovechar al máximo esta nueva situación en la que la agricultura, la ganadería y la calidad de vida se han visto aliviadas. Agua bendita, sin duda alguna.