Este jueves, la ciudad de Barcelona vivió una jornada llena de tensiones marcada por la celebración del Pleno de Investidura en el Parlament de Catalunya y la inesperada aparición del expresidente Carles Puigdemont. En medio de este ambiente, los Mossos d’Esquadra desplegaron un dispositivo especial destinado a garantizar la normalidad del evento. Sin embargo, la situación dio un giro con la detención de uno de sus propios agentes, acusado de colaborar en la fuga de Puigdemont.
A través de un comunicado, los Mossos han informado que el operativo de seguridad, diseñado meticulosamente para prever posibles concentraciones y manifestaciones, reunió a unas 4.500 personas en las zonas del Arc de Triomf y los alrededores del Parlament. La tensión no tardó en escalar en varios puntos críticos, especialmente en la calle Pujades.
Según reza el comunicado, en uno de los accesos, las agresiones contra la línea policial obligaron a los agentes a usar gas pimienta para dispersar a los manifestantes y recuperar el control del área. Como resultado de estos enfrentamientos, dos personas fueron detenidas y otras quince fueron denunciadas penalmente.
A pocos metros de allí, en otra entrada no habilitada de la misma calle, un grupo de manifestantes forzó un candado y logró acceder momentáneamente al recinto, antes de ser desalojados por los agentes.
En medio de este caos, Carles Puigdemont hizo su aparición en el Arc de Triomf. Acompañado por una multitud de seguidores, el expresidente catalán subió al escenario y pronunció un discurso desafiante. Tras finalizar su intervención, Puigdemont, protegido por varias autoridades y rodeado por una marea humana, se dirigió hacia la puerta principal del Parque de la Ciutadella. Fue en ese momento, aprovechando la confusión y el tumulto, cuando logró escapar en un vehículo blanco, el cual los Mossos intentaron detener sin éxito.
El dispositivo de seguridad había sido planificado con la premisa de realizar cualquier detención de manera proporcional y en el momento más adecuado para evitar disturbios mayores, aseguran los Mossos. Por lo que la inesperada fuga de Puigdemont culminó en la activación de la Operación Jaula en diversos puntos de Cataluña.
Sorprendentemente, las investigaciones llevaron a la detención de un agente de los Mossos d’Esquadra, propietario del vehículo utilizado en la huida.
La Comisaría General de Información sigue mantiene una investigación exhaustiva y no se descartan nuevas detenciones en las próximas horas. A medida que se desarrollan los acontecimientos, queda claro que la jornada de hoy será recordada como un punto de inflexión en la ya convulsa política catalana.
Los Mossos d’Esquadra han negado rotundamente cualquier tipo de acuerdo o conversación previa con el entorno de Puigdemont, reafirmando su compromiso con la legalidad y el orden público. Sin embargo, la detención de uno de sus miembros plantea preguntas sobre la lealtad y la integridad dentro del Cuerpo policial.
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