Esta operación, conocida como Operación Jaula, se llevó a cabo durante el debate de investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat, cuando Puigdemont hizo una breve aparición en Cataluña. El objetivo del despliegue era cumplir con la orden de detención emitida por el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, contra el expresidente catalán, acusado de un presunto delito de malversación.
Los Mossos entregaron un informe al juez instructor del caso ‘procés’, en respuesta a la solicitud que este hizo tanto a la policía autonómica catalana como al Ministerio del Interior. El informe detalla las acciones llevadas a cabo el 8 de agosto en Barcelona tras la fuga de Puigdemont, operativo que no logró cumplir con la orden de detención. En el documento, Interior comunica a Llarena que, aunque la Policía Nacional y la Guardia Civil ofrecieron su colaboración para localizar a Puigdemont, los Mossos no solicitaron dicho apoyo.
Operación Jaula para detener a Puigdemont
La Operación Jaula se tradujo en un extenso despliegue policial con controles en carreteras, cortes de tráfico y revisiones de vehículos en toda Cataluña. Además, se implementó un dispositivo especial para asegurar el Parlament durante la sesión de investidura. A pesar de estos esfuerzos, los Mossos solo lograron detener a dos de sus propios agentes, quienes fueron acusados de facilitar la huida de Puigdemont en un coche. El expresidente logró escabullirse entre la multitud congregada en el Arc de Triomf de Barcelona, tras haber estado casi siete años eludiendo la justicia española.
En respuesta a la situación, el nuevo gobierno de Salvador Illa tiene prevista una reunión el martes 27 de agosto, en la que se podrían aprobar cambios en la cúpula de la policía autonómica catalana.
Por otra parte, las cámaras de seguridad de la Guardia Urbana de Barcelona captaron a Puigdemont en su huida, poco después de pronunciar un breve discurso ante una multitud en el Passeig de Lluís Companys. Según explicó el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, en una rueda de prensa el 9 de agosto, el operativo se vio obstaculizado por la velocidad de los acontecimientos, ya que todo sucedió de manera muy «rápida», y porque Puigdemont estaba constantemente rodeado de cargos públicos y una multitud de personas que «dificultaron» su aproximación.
Asimismo, el sindicato mayoritario de los Mossos d’Esquadra, SAP-FEPOL, expresó su descontento con la Operación Jaula, calificándola como un intento de «justificar un fallo» en la fase inicial del dispositivo.