Quedan pocas semanas para el arranque del nuevo curso escolar y los centros educativos de la Comunidad Valenciana lo estrenarán con la implantación de unidades de detección precoz de salud mental. El presidente autonómico, Carlos Mazón, ha anunciado la creación de 22 de estas dotaciones para «detectar, orientar y realizar el seguimiento de casos con el fin de garantizar la atención del alumnado desde edades tempranas”.
Estas unidades estarán constituidas inicialmente por 56 profesionales de la psicología que dependerán de los servicios de Salud Mental de cada departamento de salud de la región valenciana. Entre sus funciones se encuentran la orientación al profesorado, así como la intervención inicial en la escuela y la gestión de aquellos casos que deban ser atendidos finalmente por las Unidades de Salud Mental de la Infancia y la Adolescencia. Se trata de un programa pionero en España y diseñado con un equipo de expertos nacionales e internacionales para la formación de los equipos y la definición de sus actuaciones en el medio escolar.
Esta es una de las actuaciones previstas en el marco del Plan de Salud Mental y Adicciones con el foco en las personas más jóvenes y niños. Para la ejecución de este programa, la Generalitat destinará 283,8 millones adicionales, lo que supone destinar 724 millones de euros durante esta legislatura a la salud mental. «La mayor inversión de la historia para la prevención, detección y el tratamiento en materia de salud mental y adicciones para dar respuesta a uno de los grandes problemas de la sociedad actual”, ha destacado Mazón.
Programas dirigidos a la educación
A partir de septiembre el profesorado contará con diversos cursos para que puedan formarse en salud mental en materias como el uso de las nuevas tecnologías o prevención del suicidio, así como la asistencia de profesionales del área de psicología de los departamentos de salud.
Cabe destacar que la creación de estas oficinas se suma a los cursos de formación para orientadores educativos, en los que se les ofrecen pautas para detectar adicciones tecnológicas, así como trastornos en la conducta alimentaria, la depresión o la ansiedad.