El Juzgado de Instrucción n.º 5 de Santander ha sobreseído el procedimiento penal relacionado con el hundimiento del barco pesquero Vilaboa Uno, en el que fallecieron tres trabajadores. Tras analizar los informes técnicos, la jueza ha concluido que no existen indicios suficientes para imputar un delito ni se ha podido determinar con certeza la causa del accidente.
Falta de pruebas sobre imprudencia y cumplimiento normativo
En un auto emitido por la magistrada María Fernanda Figueroa Grau, en funciones de refuerzo del Juzgado de Instrucción n.º 5, se establece que, aunque el hundimiento tuvo un «resultado fatal» con la muerte de tres personas, no se ha constatado ningún incumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales ni de otras leyes aplicables. Los informes realizados tras el accidente no han encontrado evidencias de una imprudencia punible.
La jueza señala que no hay pruebas concluyentes que apunten a que el hundimiento se debiera a una negligencia relacionada con la tolva de desperdicios, una de las posibles causas que se barajaron en la investigación. De hecho, el origen de la entrada de agua en el barco sigue siendo incierto, según los informes de la Inspección Provincial de Trabajo y Seguridad Social de Cantabria y la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM).
Hipótesis sin base para imputar responsabilidades
Entre las hipótesis planteadas, se contemplaba la posibilidad de que el agua hubiese entrado a través de la tolva de desperdicios, pero esta opción es solo una de las tres teorías que manejan los técnicos, lo que impide establecer una relación causal directa entre una negligencia en el mantenimiento de esta parte del barco y el hundimiento. Por tanto, la jueza concluye que no se cumplen los requisitos para considerar que hubo imprudencia.
A la luz de estos hechos, el juzgado ha decidido archivar el caso al no encontrar pruebas suficientes que permitan continuar con el procedimiento penal. «No se observa imprudencia dentro del ámbito penal», ha asegurado la magistrada, señalando además que ninguna de las conclusiones técnicas indica que los trabajadores o el armador del barco incumplieran alguna norma de seguridad relacionada con la tolva de desperdicios o que esta haya sido la causa directa del accidente.
Este fallo marca el cierre de la investigación penal sobre el trágico accidente marítimo que costó la vida a tres tripulantes del Vilaboa Uno.