El Ministerio de Sanidad está considerando reintroducir el uso obligatorio de mascarillas en determinados espacios, como hospitales, supermercados y transporte público, para hacer frente a la temporada de virus invernales y prevenir la sobrecarga del sistema de salud. Aunque las comunidades autónomas tendrán libertad para implementar medidas específicas, se pretende una coordinación general para garantizar una respuesta uniforme a nivel nacional.
La idea de volver al uso de la mascarilla en determinados lugares ha suscitado diversas opiniones entre los ciudadanos. Algunos la apoyan, valorando su efectividad para reducir los contagios y facilitar la gestión de la situación sanitaria, mientras que otros defienden que cada comunidad autónoma debería decidir sus propias políticas según las condiciones concretas.
Sanidad ha diseñado una estrategia con cuatro niveles de actuación que se activarán según la gravedad del riesgo:
- Nivel 0: Riesgo bajo. Solo se aconsejan prácticas habituales de higiene y prevención sin nuevas restricciones.
- Nivel 1: Riesgo moderado. Se sugiere usar mascarillas en zonas sensibles de los centros de salud, y las personas con síntomas deben minimizar sus contactos sociales y mantener medidas de higiene por un periodo de al menos cinco días.
- Nivel 2: Riesgo alto. Se intensifican las recomendaciones, promoviendo el diagnóstico precoz y el uso de antivirales. Las mascarillas serán recomendadas en áreas como salas de espera y urgencias, y si la transmisión es elevada, también en espacios públicos como supermercados, transporte público, cines y gimnasios. Se reforzarán otras medidas, como una mejor ventilación y limpieza en espacios cerrados.
- Nivel 3: Riesgo muy alto o emergencia pandémica. En esta etapa, se implementarían medidas extras, como la posible convocatoria del Consejo Interterritorial para reforzar la coordinación en todo el territorio nacional.
Independientemente del nivel de riesgo, cada comunidad podrá recomendar bajas médicas, teletrabajo y el uso de mascarillas cuando no se pueda mantener la distancia de seguridad, lo que podría llevar a una nueva normalización del uso de la mascarilla en la vida cotidiana.