El Congreso ha sido escenario de un inesperado acuerdo entre el Partido Popular (PP) y Sumar, que ha generado tensiones en el seno del Gobierno de coalición liderado por el PSOE. En una jugada estratégica, ambas formaciones encontraron un terreno común en la tramitación de dos leyes clave: una propuesta del PP para que el Congreso autorice el envío de armamento al extranjero y la participación en misiones internacionales, y una iniciativa de Sumar para combatir las cláusulas abusivas en las hipotecas.
Este inesperado entendimiento dejó al PSOE en una posición incómoda, ya que los socialistas se oponían firmemente a la propuesta del PP, considerando que una ley similar ya estaba en tramitación en el Senado. En este sentido, el portavoz socialista, José Antonio Rodríguez Salas, criticó duramente la propuesta de los populares, calificándola de “irregular” y “absurda”, y acusando al PP de querer sembrar la discordia dentro del Gobierno.
Pese a ello, el acuerdo entre ambas formaciones permitió la aprobación de la iniciativa del PP con 174 votos a favor, 144 en contra y la abstención de Sumar, que ha optado por una estrategia que combina firmeza y apertura, buscando oportunidades donde otros solo ven enfrentamientos. Mientras tanto, la iniciativa hipotecaria de Sumar, que no necesitaba del apoyo del PP para su aprobación, salió igualmente adelante con el respaldo de los populares.
Desconcierto en el PSOE ante el pacto
La sorpresiva postura de Sumar ha sido un jarro de agua fría para los socialistas, que no tardaron en calificar la decisión de su socio de coalición como “incomprensible”. En este sentido, María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, criticó que Sumar propiciara la derrota del PSOE, asegurando que no encontraba motivos para este desmarque. No obstante, Montero sugirió que la decisión de Sumar podría tener más que ver con la competencia interna dentro del espacio de la izquierda que con una ruptura directa con los socialistas, en alusión implícita a la relación entre Sumar y Podemos.
Por su parte, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, fue más contundente en sus declaraciones, señalando que “Sumar eligió francamente mal” al facilitar una victoria del PP en una votación clave. “O a setas o a Rolex”, dijo López, remarcando que “no se puede estar al mismo tiempo en el Gobierno y en la oposición”. Asimismo, el diputado socialista subrayó que espera que Sumar recapacite, dejando entrever que la estabilidad del Gobierno de coalición podría estar en riesgo si estas posiciones divergentes persisten.
El juego estratégico de Sumar
Detrás de este pacto, que en un primer momento parece limitado a estas dos votaciones, se vislumbra una estrategia más amplia por parte de Sumar. En este sentido, fuentes cercanas a Yolanda Díaz indican que este acuerdo abre la puerta a futuras colaboraciones con el PP en temas clave como la reducción de la jornada laboral y la conciliación, pues el reciente “giro social” del líder popular, Alberto Núñez Feijóo, ha despertado el interés de Sumar, que ve en esta nueva postura una oportunidad para avanzar en su propia agenda social.
A este respecto, Íñigo Errejón, portavoz de Sumar, negó que el acuerdo con el PP se tratara de un “intercambio de favores”, argumentando que ambas formaciones encontraron un terreno común en estas votaciones. No obstante, este pacto parece ser solo el inicio de una relación más pragmática entre ambos partidos, especialmente en temas sociales, donde Sumar busca avances significativos como la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales.
Tensiones internas en la coalición de Gobierno
Más allá de las tensiones políticas, este acuerdo ha puesto de manifiesto las crecientes divisiones dentro del bloque de investidura, pues mientras Sumar busca consolidar su agenda social colaborando en ciertos temas con el PP, el PSOE se enfrenta a un escenario en el que otros de sus socios tradicionales, como Podemos, se alejan cada vez más de la postura del Gobierno en asuntos clave como la política militar.
En este sentido, conviene destacar que Podemos también apoyó la propuesta del PP introduciendo enmiendas para limitar la duración de las autorizaciones y evitar la venta de armas a países que violen los derechos humanos. Estas discrepancias añaden un nuevo grado de complejidad a la estabilidad del Ejecutivo, justo antes de las cruciales negociaciones sobre los Presupuestos Generales del Estado.
De modo que lo que comenzó como un pacto puntual entre PP y Sumar para tramitar dos leyes específicas ha abierto una puerta inesperada a un nuevo escenario político, en el que ambas formaciones exploran áreas de cooperación, dejando al PSOE en una posición delicada dentro de un Gobierno que muestra importantes señales de fractura.