La Asamblea de Madrid vivió este jueves un momento de alta tensión cuando los 27 diputados del PSOE se levantaron de sus escaños y abandonaron el pleno en protesta por la iniciativa de Vox que buscaba implementar pruebas exhaustivas para determinar la edad de los menores inmigrantes no acompañados en la región. Una propuesta de la formación derechista que el partido socialista tachó como “cargada de odio” y contraria a los derechos humanos.
La Proposición No de Ley (PNL) presentada por Vox incluye la implementación de un protocolo de pruebas periciales y médicas, como radiografías de la cresta ilíaca de la cadera y TAC de la epífisis proximal de la clavícula, para evitar el “fraude” en la edad declarada por los menores. Así lo defendió la portavoz de Vox, Isabel Pérez Moñino, quien, pese a la salida dramática del grupo socialista, siguió adelante con su discurso, calificando al gobierno central de “criminal” por su gestión “ineficaz” de la crisis migratoria y su falta de transparencia respecto a la llegada de migrantes a Madrid.
Asimismo, la recién nombrada portavoz de Vox defendió la PNL argumentando que en regiones como Aragón, pruebas similares habían revelado que un 90 % de los menores evaluados eran en realidad adultos. “Ni son niños, ni mucho menos niñas, son varones maduros que en la mayoría de los casos no son menores de edad”, sentenció Pérez Moñino.
Por su parte, Jesús Celada, portavoz adjunto del PSOE y líder de la retirada, justificó la salida de los socialistas afirmando que la propuesta es “una iniciativa cargada de odio, porque vulnera los derechos humanos y pisotea la Constitución y los estatutos de esta autonomía”. Una acción que pretende enviar un mensaje claro de rechazo y marcar distancia frente a lo que consideran como un discurso discriminatorio y excluyente.
Nos hemos ausentado del pleno porque no vamos a participar ni a debatir propuestas radicales y llenas de odio hacia los menores que llegan solos a nuestro país, que vulneran lo derechos humanos y pisotean la Constitución Española. pic.twitter.com/24dyKomYKW
— PSOE Madrid (@psoe_m) November 7, 2024
El PP y Más Madrid frente a la propuesta
El Partido Popular, en cambio, adoptó una postura ambivalente, defendiendo la realización de controles para asegurar la veracidad de la edad de los menores, pero remarcando que estos deben respetar los derechos de los implicados y deben llevarse a cabo bajo la competencia del gobierno central. No obstante, la diputada popular Mónica García Molina calificó la propuesta de Vox como “populista” y señaló que está cargada de connotaciones alarmistas que vinculan injustamente a la inmigración con la delincuencia.
Mientras tanto, desde Más Madrid el rechazo fue más que contundente, pues el diputado Emilio Delgado describió la propuesta como “ilegal” y “medieval”, y acusó a Vox de promover un discurso de odio y exclusión que chocaba con los principios democráticos y la legislación internacional. “Parece que empiezan fuertecito los nazis del misterio”, lanzó Delgado al inicio de su discurso, provocando la intervención del presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, quien le llamó al orden. Sin embargo, Delgado mantuvo su posición afirmando que a Vox “le puede más el odio a los de fuera que el interés por los de aquí”.
Vox califica la protesta de “teatrillo”
A pesar de que, tras la retirada de los socialistas, Moñino continuó con su intervención, la protesta no dejó indiferente a la portavoz de Vox, quien llamó “cobardes” a los diputados que abandonaron el debate y desestimó la acción calificándola de “teatrillo” y aprovechando el momento para reforzar su mensaje sobre la necesidad de “proteger a los madrileños”.
No obstante, por debatible que pareciera la iniciativa, especialmente tras la intensificación de la crisis migratoria marcada por la llegada de cayucos a las costas canarias, la propuesta de Vox fue finalmente rechazada por mayoría, con los votos en contra de PP, PSOE y Más Madrid, dejando al descubierto la compleja situación que enfrentan los partidos al abordar la cuestión migratoria, en un contexto donde los discursos radicales ganan cada vez más visibilidad y generan un clima de polarización política.
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