La calle Ferraz, donde se encuentra la sede nacional del PSOE, se convirtió en el epicentro de la indignación social tras la declaración judicial del empresario Víctor de Aldama, presunto conseguidor de la ‘trama Koldo’. Cientos de personas se congregaron en la sede nacional del PSOE exigiendo la dimisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mientras coreaban consignas como “Este Gobierno tiene que caer”.
La protesta, convocada en redes sociales bajo el lema “¡Echemos a Sánchez!”, reunió a más de 300 manifestantes que portaban banderas españolas y símbolos franquistas, acompañados por algunos representantes de Vox, como el portavoz nacional José Antonio Fúster, quien calificó al Gobierno de “corrupto” y denunció una “traición sin límites” por parte de Sánchez.
Entre los cánticos también figuraron mensajes de apoyo a Aldama, quien aseguró que altos cargos socialistas, como Santos Cerdán y el exministro José Luis Ábalos, habrían recibido sumas significativas de dinero en efectivo como parte de una trama de sobornos, desatando una crisis política de gran envergadura.
Asimismo, los manifestantes lanzaron algunas expresiones transfóbicas y alusiones a la esposa del presidente, Begoña Gómez. Todo ello mientras la Policía Nacional cortaba la calle y vallaba las inmediaciones de la sede socialista para contener la situación.
Feijóo se ofrece a los socios del PSOE para explorar una moción de censura
Las declaraciones de Aldama ante la Audiencia Nacional no solo generaron una oleada de reproches desde diversos sectores de la sociedad civil, sino que también intensificaron las críticas entre los principales partidos de oposición. En este sentido, el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, exigió nuevamente la dimisión inmediata del presidente del Gobierno y se ofreció a los socios parlamentarios del PSOE para explorar una moción de censura que permita abrir “una nueva etapa” en España.
“Deben preguntarse qué ganan protegiendo esta podredumbre”, señaló Feijóo a los socios del Gobierno, instándolos a reflexionar sobre su apoyo a Sánchez y sugiriendo que el mantenimiento del actual Ejecutivo responde a cálculos políticos que perpetúan un clima de “chantaje y sospecha”. De esta manera, Feijóo expresó su disposición para trabajar con los socios del PSOE en una eventual moción de censura, reconociendo que el PP no cuenta con los votos suficientes para liderar un cambio de Gobierno.
Asimismo, durante su discurso, el líder popular aseguró que el Ejecutivo está sumido en un entorno de corrupción que “ya no puede ser negado”, recordando las palabras de Sánchez durante la moción de censura que puso fin al Gobierno de Mariano Rajoy en 2018. “Si el Gobierno huele a corrupción, hay que dimitir”, citó Feijóo, asegurando que Sánchez está “tan preso de la corrupción como de sus palabras”.
Abascal muestra “muy pocas esperanzas” en la moción de censura, mientras el PNV rechaza contundentemente la iniciativa
Sin embargo, la propuesta de Feijóo encontró un terreno político dividido. Desde Vox, Santiago Abascal ha expresado su escepticismo ante la posibilidad de que una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consiga el respaldo necesario para prosperar. En este sentido, el líder de Vox sostuvo que los partidos independentistas no respaldarían dicha iniciativa, ya que actualmente “disfrutan de un gobierno débil” que les permite “debilitar el proyecto nacional”.
“El bloque de la investidura de Sánchez está unido por la falta de amor a España”, declaró Abascal, argumentando que estos grupos buscan mantener la actual fragmentación política para erosionar la cohesión social y la fortaleza del Estado.
No obstante, el líder de Vox matizó que no se opone a la presentación de mociones de censura, una herramienta a la que su partido ha recurrido en dos ocasiones anteriores, ya que considera que estas iniciativas tienen el valor de ofrecer un espacio ilimitado para debatir temas fundamentales que no se tratan en las sesiones habituales del Congreso. “Permite hablar sin límite de tiempo, algo que no ocurre normalmente en el Congreso, donde el Gobierno puede hablar lo que quiere y el resto no”, concluyó Abascal.
Una postura perfectamente en consonancia con las declaraciones previas de José Antonio Fúster, quien condicionó el apoyo del partido a una moción de censura contra Sánchez a la convocatoria de elecciones inmediatas y a la ausencia de concesiones a las formaciones independentistas.
Por su parte, el portavoz del PNV en el Parlamento Vasco, Joseba Díez Antxustegi, aclaró que no respaldarán una moción de censura que considera “retórica” y “sin posibilidades de prosperar”. En este sentido, Díez Antxustegi aprovechó para hacer un llamamiento a la “integridad en política”, lamentando que los constantes escándalos de corrupción contribuyan a su desprestigio. “Los ciudadanos no confían porque ven que la corrupción ensucia todo. Necesitamos una política que hable de soluciones reales, no de escándalos mediáticos”, afirmó el portavoz vasco.
De modo que la falta de consenso político para impulsar una moción de censura efectiva y la creciente presión del PP auguran semanas de incertidumbre, en las que el Ejecutivo deberá responder no solo a las acusaciones judiciales, sino también a la desconfianza creciente en las instituciones democráticas.