Un mes del 29 de octubre, un mes desde que la DANA anegaba hasta 69 municipios de la provincia de Valencia recorriendo las comarcas de Utiel-Requena, La Ribera y, especialmente, l’Horta Sud, así como algunas pedanías de la ciudad de Valencia. En las primeras horas de la mañana de aquel día, AEMET declaraba la alerta roja por lluvias en esta zona, pero parece que nadie preveía el horror que se viviría horas después.
El río Magro inundaba Utiel y localidades de la Ribera, mientras que el barranco del Poyo arrasaba la zona sur de Valencia a su paso por diferentes municipios. Este llegó a alcanzar los 2.228,9 metros cúbicos por segundo, cuatro veces el caudal de Ebro. Todas estas poblaciones suman una cifra ciudadana de 845.371 personas.
La riada llegó a las calles de los municipios, a las casas, garajes, sótanos, comercios y también a carreteras. Todo ocurría a partir de las 18:30 de la tarde, pero la primera alerta de Protección Civil no llegó hasta las 20:11. Sobre las 00:30 de la noche ya se podían confirmar las primeras víctimas mortales. El día después, las estampas eran las propias a un conflicto bélico: acumulación de barro, coches amontonados, puentes y carreteras destrozadas. Pero las peores noticias eran las personas. La cifra actual es de 222 muertos y aún quedan cuatro desaparecidos a los que se busca en zonas como l’Albufera. Paiporta ha sido una de las zonas más castigadas por la DANA y donde más fallecidos se han encontrado. Además, sabemos que la mitad de cuerpos sin vida se han encontrado en casas y garajes.
La tragedia desató una oleada de voluntarios que se movieron para ayudar a las personas afectadas y ante una supuesta tardanza en la respuesta de las administraciones públicas. «Solo el pueblo salva al pueblo» fue el lema que escenificó aquella avalancha de solidaridad, incluso desde todas partes de España.
También llegó la UME, el Ejército, efectivos de la Policía Nacional y otros cuerpos, bomberos… La estampa aún sigue siendo difícil en muchas zonas, sobre todo para las personas que han sido desalojadas de sus casas, que han perdido negocios, coches, enseres, alumnos que no pueden volver a sus colegios o garajes que continúan anegados. Parece que aún queda un tiempo para llegar a la normalidad, aunque será siempre una herida abierta en el territorio. Queda un período de reconstrucción y reparación.
¿Hay responsables?
La ciudadanía ha buscado a supuestos responsables y el foco se ha dirigido principalmente al president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y a otros cargos de su equipo de Gobierno. No han habido dimisiones, pero sí dos ceses en el Consell, los de Salomé Pradas como consellera de Justicia e Interior, y el de Nuria Montes, de Innovación, Industria, Comercio y Turismo, para dejar paso a un Ejecutivo autonómico renovado y que se ha estrenado hace pocos días.
Mazón compareció por primera vez para hacer balance de su gestión de la DANA más de 15 días después del 29 de octubre. Reconoció que hubo cosas «que no se hicieron bien» y no quería eludir responsabilidades, pero en sus palabras también apuntó al Gobierno español y a organismos como la AEMET y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). De hecho, ayer aún se vivió tensión en la sesión de control del president.
En este momento, las administraciones continúan anunciando ayudas económicas para vivienda, negocios, compra de coches, agricultura y otros ámbitos. La Generalitat dice haber pagado ya 21 millones de euros a familias afectadas.