La Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) ya ha fijado la fecha para el lanzamiento de Proba-3, la primera misión espacial que estudiará la corona solar y que ha sido liderada por la empresa española Sener.
Será el próximo 4 de diciembre desde el Centro Espacial ‘Satish Dhawan’ (SHAR) de la Organización de Investigación Espacial de la India, y constituye un hito tecnológico en la observación del Sol porque, gracias a ella, se podrán investigar, por ejemplo, fenómenos como las tormentas geomagnéticas (también llamadas tormentas solares).
Ignacio Tourné, director de Desarrollo de Negocio de Deimos Space, una de las empresas españolas que han participado en el proyecto, ha explicado a ESTRELLA DIGITAL que la importancia de Proba-3 es, precisamente, que «por primera vez se podrá estudiar la corona del Sol, uno de los elementos clave en las eyecciones solares que generan las tormentas geomagnéticas que llegan hasta la Tierra».
Para hacerse una idea del «riesgo» que se corre al producirse un fenómeno de estas características (el último de grandes dimensiones que fue registrado por el Instituto Geográfico Nacional se produjo en agosto de 2005), Tourné lo aclara de la siguiente manera:
«Estas tormentas son un fenómeno que se lleva estudiando desde hace cientos de años, y pueden ocasionar (como ocurrió en 1859 con el denominado ‘evento Carrington‘) que todas las líneas de transmisiones, todos los sistemas eléctricos, los sistemas de telecomunicaciones (espaciales y en tierra), etc. dejen de funcionar».
Así recogió la prensa local de la época el evento Carrington
De ahí que el director de Desarrollo de Negocio de Deimos Space incida en que es fundamental «conocer mejor cómo se generan esas tormentas y, desde luego, ser capaces de predecirlas». «Hay que estar preparados para ello», afirma.
¿Por qué Proba-3 permitirá estudiar la corona del Sol y qué innovaciones tecnológicas la hacen única?
En la misión espacial Proba-3, que ha contado con la participación de 46 empresas de 16 países (siendo la española Sener el contratista principal), «se hará algo en el espacio que hasta ahora era imposible», explica el responsable de la misión en la Agencia Espacial Europea, Damien Galano.
Y es que, los dos satélites Proba-3 que se lanzarán el próximo 4 de noviembre desde la India volarán en formación, utilizando una tecnología nunca empleada hasta ahora, a una altitud de 60.000 kilómetros.
Uno de ellos bloqueará la luz del Sol (creando un eclipse artificial), y el otro, equipado con un coronógrafo único en su clase, podrá obtener imágenes precisas y detalladas de la corona solar.
La creación de eclipses solares de manera artificial es necesaria porque la corona solar es una región compleja y poco accesible a causa del resplandor del Sol.
De ahí la importancia del innovador sistema de vuelo en formación, que permitirá ese acercamiento a la corona solar, con una precisión de alineación submilimétrica, que se ha alcanzado mediante un avanzado sistema de posicionamiento que combina navegación por satélite, enlaces de radio, cámaras, LED y rayos láser entre los satélites.
En la misión liderada por Sener también han participado, por parte de España, Deimos, GMV y Airbus
Proba-3 realizará observaciones científicas, tomando imágenes de la corona solar a través del coronógrafo colocado en uno de los satélites, lo que permitirá una observación sin precedentes que abrirá el camino para realizar nuevos estudios astronómicos, y de geodesia y observación terrestre.
«La ciencia siempre tiene una aplicación que puede no ser inmediata -comenta Ignacio Tourné-, y esta misión nos ayudará a entender mejor los mecanismos de la naturaleza relacionados con el Sol y a generar conocimiento que a largo plazo dé lugar a aplicaciones prácticas».
Sener, como contratista principal, ha sido la empresa responsable de desarrollar la plataforma de los satélites y el sistema de vuelo en formación; Airbus Defence and Space ha llevado a cabo el diseño y la fabricación de las dos plataformas; GMV ha desarrollado el subsistema de vuelo en formación, la dinámica de vuelo y la función de GPS relativo; y la división Espacio de la compañía Deimos ha efectuado el análisis de órbita y del desarrollo del experimento de rendezvous.
¿En qué consiste y qué importancia tiene el análisis de órbita que ha realizado Deimos Space para la misión espacial Proba-3?
Deimos Space ha sido la responsable de estudiar y definir la órbita en la que girarán los satélites. «Dada la complejidad del vuelo en formación, que requiere de una altísima precisión y en el que los dos satélites Proba-3 actuarán como un solo cuerpo, es necesario definir muy bien la órbita en la que realizarán mejor el trabajo para el que se lanzarán al espacio», explica Tourné.
Desde la Agencia Espacial Europea explican en qué consiste el análisis de órbitas: «los científicos seleccionan las órbitas dependiendo de lo que el satélite vaya a observar«.
En ese proceso de observación, «los satélites siguen trayectorias a su alrededor llamadas órbitas», precisan desde la ESA. Y, para definir la órbita adecuada, hay que tener en cuenta principalmente tres factores: la gravedad de la Tierra, y la velocidad y la posición del satélite.
Una misión espacial con un coste de 200 millones de euros
Proba-3 supone una financiación estimada de alrededor de 50 millones de euros para la industria española. El coste total de la misión es de 200 millones de euros.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), habilitó la financiación de la participación industrial española en este proyecto, a través del Programa General de Tecnología de Apoyo (General Support Technology Programme, GSTP) de la ESA.
La presentación ‘en sociedad’ de la misión se celebró el pasado 29 de octubre en el Centro Europeo de Astronomía Espacial, en Villanueva de la Cañada (Madrid).
El acto contó con la asistencia de Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades; Juan Carlos Cortés, director de la ESA; Carole Mundell, directora de Ciencia de la ESA; y Luis Manuel Partida, alcalde de Villanueva de la Cañada, entre otras autoridades. También estuvo presente el exministro de Ciencia y astronauta español, Pedro Duque.