Esta decisión, comunicada por el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, responde a las intenciones del PP de sentarse a negociar políticas migratorias con el Gobierno central y el PSOE. Garriga expresó su rechazo tajante en una intervención desde el barrio barcelonés de Besòs-Maresme, denunciando el aumento de la inseguridad en la zona.
El anuncio llega en un momento clave para las relaciones entre ambas formaciones, que comparten acuerdos de gobernabilidad en varias instituciones locales y regionales. «Si el PP quiere seguir impulsando las políticas del PSOE, que negocie con ellos. A Vox no le temblará el pulso», afirmó Garriga, subrayando que su partido no participará en lo que considera un reparto de «inmigración ilegal e inseguridad».
¿Qué ha llevado a este punto de ruptura?
El detonante de esta decisión fue el anuncio del PP de retomar este jueves conversaciones con el Gobierno central y los ejecutivos autonómicos de Canarias y Ceuta para negociar un mecanismo de distribución de menores migrantes no acompañados entre comunidades autónomas. Este tema había generado tensiones desde el pasado 5 de octubre, cuando el PP suspendió las conversaciones alegando que el Gobierno no había solicitado suficiente apoyo de la Unión Europea para gestionar la presión migratoria.
La postura de Vox
Desde Vox, tanto su líder, Santiago Abascal, como otros dirigentes han mostrado su rechazo a que el PP «tienda la mano al PSOE» en cuestiones como la inmigración. Según Abascal, esta actitud del PP hace inviable cualquier acuerdo, incluido el apoyo a los presupuestos. Este bloqueo afecta a seis comunidades autónomas lideradas por el PP y a más de un centenar de ayuntamientos.
Contexto político: los menores no acompañados en el centro del debate
La propuesta que se negociará el jueves busca crear un sistema para redistribuir a menores no acompañados (MENA) desde zonas más saturadas, como Canarias y Ceuta, hacia otras comunidades autónomas. Este mecanismo es clave para aliviar la presión en las áreas de mayor llegada. El Gobierno central ha señalado que esta medida requiere apoyo parlamentario, especialmente del PP, para reformar la ley que permita su implementación.
¿Qué significa esto para el futuro de los acuerdos PP-Vox?
Esta ruptura de las negociaciones presupuestarias añade tensión a una relación ya frágil. Aunque ambas formaciones han colaborado en múltiples gobiernos locales y regionales, las diferencias ideológicas y estratégicas han generado constantes fricciones. El tiempo dirá si este nuevo desencuentro marca un punto de no retorno o si las partes encontrarán un terreno común en el futuro.