Tras pasar 22 meses en prisión preventiva junto con su socio, Joan Besolí, Sandro Rosell lo único que quiere es «saber quién apretó el botón rojo» de su causa. Una causa de la que fue absuelto y que «casi destrozó» su vida «personal y profesional» y la de su «compañero de celda».
Así de contundente, pero a la vez tranquilo y pausado, se ha expresado el que fuera presidente del Fútbol Club Barcelona durante su comparecencia de algo más de dos horas en la Comisión del Congreso que investiga la ‘Operación Cataluña’, una operación que supuestamente habría llevado a cabo el Gobierno del PP (con Mariano Rajoy como presidente y Jorge Fernández Díaz como ministro del Interior) contra los líderes del movimiento independentista en Cataluña.
«Vengo a que me ayuden, como ciudadano, a saber por qué a Joan y a mí nos pasó lo que nos pasó, porque, a día de hoy, todavía no lo sé y este tipo de cosas no pueden volver a ocurrir», se ha lamentado un Sandro Rosell que ha iniciado su intervención ante la Comisión (en su primera comparecencia en sede parlamentaria) con un alegato en el que ha cargado duramente contra la jueza Carmen Lamela, quien realizó la instrucción de su caso por un presunto delito de fraude fiscal… que finalmente no existió.
Rosell sobre la jueza Lamela: «No se si es corrupta o es inútil, pero hay que sacarla del sistema porque es una manzana podrida»
«No sé si es corrupta o es inútil, y no quiero que le pase lo mismo que me pasó a mí, pero a esta señora hay que sacarla del sistema porque es una manzana podrida», ha repetido Rosell hasta en casi una decena de ocasiones. Y se ha ratificado en sus palabras cuando el portavoz de Vox, Ignacio Gil Lázaro, le ha criticado «el linchamiento gratuito» contra la magistrada, «sin que haya acreditado esas acusaciones», ha dicho.
Pero Rosell, que también ha recordado los vínculos de Lamela con el PSOE (partido «que no es de mi cuerda», ha asegurado), ha discutido con Gil Lázaro sobre la presunción de inocencia que el diputado de Vox le ha pedido para Lamela: «Ella sí que no respetó mi presunción de inocencia», ha recordado Rosell, quien sí ha tenido palabras amables «para los tres jueces justos que nos absolvieron -ha añadido- a Joan y a mí», 24 horas después de comenzar el juicio.
Hasta 12 veces él y su socio, Joan Besolí, pidieron la libertad. Incluso a Besolí, que se enteró en prisión de que su hijo había quedado parapléjico tras un accidente previo a su ingreso en la cárcel, «Lamela le negó que pudiera salir a darle un abrazo y no sé si los jueces aprenden ética, pero, si es así, ese día Lamela faltó a clase», ha lamentado.
También ha admitido que cuando Joan Besolí y él llevaban un año en prisión, su defensa le ofreció hacer un pacto. «Tenía que reconocer mi culpabilidad, pero dije que no». Aún así, y dadas las circunstancias personales que atravesaba su socio, «lo hablé con él y ambos nos mantuvimos en la negativa», ha afirmado.
Rosell está convencido de que «habrá más grabaciones» de Villarejo que saldrán a la luz
En el seno de la Comisión, Rosell ha dicho estar convencido de que existió una ‘Operación Cataluña’ por las grabaciones del comisario José Manuel Villarejo. «En esas conversaciones, se puede o no dudar de lo que dice Villarejo -ha comentado-, pero lo que dicen las terceras personas que intervienen en ellas yo sí me las creo». Y en ellas se admitía, como ha recordado el expresidente del Barça, «que había una ‘Operación Cataluña’ desde las cloacas del Estado».
En relación con esas grabaciones de Villarejo, Rosell ha avanzado que «habrá más», y ha dicho, esta vez en catalán (lengua que no ha empleado para responder a las preguntas formuladas por Junts en ese idioma, «para que me entiendan todos los ciudadanos», ha precisado): «Ja parlarem, que això no ha acabat» («ya hablaremos, que esto no ha acabado»).
El expresidente del Fútbol Club Barcelona ha explicado que llegaron a abrirle hasta seis causas de oficio, aparte de la que le llevó a prisión preventiva, y que ya «lleva 75 inspecciones de Hacienda», sin que se le haya encontrado nada.
Y, aunque dice «sospechar» sobre el origen de su «persecución», y por eso pide «ayuda» a la Comisión del Congreso, «porque no voy a parar hasta saberlo», ha garantizado, sí ha pedido que se llame a declarar a Manos Limpias, porque una de las causas abiertas contra él (la del caso Neymar), «partió de un señor de Manos Limpias que puso una querella contra mí… que luego desapareció».
Ha insistido en que no va a «acusar a nadie sin tener pruebas», pero ha insistido a los diputados a que llamen a los miembros de Manos Limpias «a ver si así descubrimos quiénes son», ha planteado.
«Todavía me tienen puesta la cruz»
También ha criticado a quienes «filtraron» o «avisaron» a los medios de comunicación de su detención, porque, mientras él estaba en su casa haciendo bicicleta, según ha explicado, «ya estaban diciendo en TV3 que me habían detenido», y eso no se produjo hasta «media hora después, que fue cuando la policía llegó a mi casa». Y ha cargado contra los medios: «No puede ser -ha añadido- que publiquen lo que les dé la gana y destrocen vidas humanas como me pasó a mí y como está pasando».
Se ha quejado de la «impunidad que existe», en relación con la jueza que instruyó su caso y le envió a prisión; está convencido de que «todavía le tienen puesta la cruz» (relacionándolo con las inspecciones de Hacienda); y que en la época en la que comenzaron a perseguirle «yo sólo era el presidente del Barça, y al Barça le iba bien… no sé si a alguien podía molestarle», ha dicho con sorna.
Rosell ha vinculado el inicio de sus «problemas» y de las inspecciones fiscales que comenzó a sufrir con su llegada al Fúltbol Club Barcelona como presidente, en el año 2010. Ha asegurado «no tener vínculos con el independentismo» (aunque ha admitido que cedió el Nou Camp para una fiesta del independentismo y que puso las cuatro barras de la senyera en la camiseta oficial del Barça) y ha reconocido que sí hubo «un grupo de personas que buscaron la independencia de Cataluña», sin entrar en más detalles.
«No tengo miedo, ya he estado en la cárcel»
Pero en lo que más ha insistido el compareciente ha sido en pedir «ayuda» a la Comisión para aclarar qué ocurrió con él y con su socio. «La medicina que ahora está probando Pedro Sánchez o el fiscal general del Estado -ha reiterado- mañana le puede tocar al señor Feijóo, o a usted, o a usted…», ha dicho mirando a los miembros de la Comisión.
En este sentido, ha explicado que, al referirse al término «medicina», y por lo que «lee en los periódicos», considera que también se está llevando a cabo una «persecución» contra Sánchez y su entorno, como ocurrió con él.
«Me da igual qué partido gobierne, pero me encantaría que esta Comisión sirviese para que no se utilicen los aparatos del Estado para atacar a rivales políticos, empresarios o lo que sea; no tengo miedo, ya he estado en la cárcel; pero no pararé hasta saber quién apretó el botón rojo hasta destrozar mi vida y la de Joan», ha sentenciado durante su comparecencia.
«Hay manzanas podridas que pueden ser del PSOE, que pueden ser del PP o de Convergencia i Unió… pero esas manzanas podridas no pueden formar parte del Estado», ha repetido también en varias ocasiones.
Al final de su comparecencia, Rosell ha agradecido «el trato recibido de los funcionarios de la cárcel de Soto del Real, del padre Paulino, que fue nuestro mentor allí -ha significado-, y, sobre todo, el trato hacia Joan, porque sabían las circunstancias por las que estaba pasando».