El incidente, que tuvo lugar el pasado lunes, pone de nuevo sobre la mesa la seguridad de los agentes en su labor diaria.
El pasado lunes, sobre las 17 horas, dos agentes de la Policía Nacional que trabajaban de paisano en el Metro de Madrid vigilaban a dos individuos sospechosos de cometer robos. El seguimiento comenzó en la estación del Arte, en la línea 1, donde los sospechosos intentaron sustraer efectos personales a varios pasajeros. Al llegar a la estación de Gran Vía, los agentes decidieron proceder a su identificación.
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Intento de disparo frustrado
En el momento de la intervención, uno de los individuos huyó, iniciando una persecución a pie por uno de los agentes. El segundo sospechoso, que permaneció en el lugar, aprovechó un descuido del otro policía para arrebatarle la pistola reglamentaria. Según informaron fuentes policiales, el carterista intentó disparar varias veces apuntando directamente al agente, pero no logró hacerlo debido a que no había desactivado el seguro del arma.
Pese a la resistencia del detenido, el agente logró recuperar el control del arma y, con la ayuda de su compañero, detener al asaltante. Ambos policías sufrieron lesiones durante el forcejeo y tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios.
El detenido, un carterista con antecedentes
El detenido, un hombre de 25 años de nacionalidad chilena, llevaba en su poder varios teléfonos móviles y tarjetas de crédito, presumiblemente sustraídos a otras víctimas. Por su parte, el otro sospechoso logró escapar y las autoridades continúan buscándole.
Llamada de atención del Sindicato Unificado de Policía
Tras este incidente, el Sindicato Unificado de la Policía Nacional (SUP) ha vuelto a recordar la peligrosidad inherente a la profesión y ha pedido mayores medidas de seguridad para los agentes. En un comunicado en redes sociales, han señalado la necesidad de dotar a los policías de la Brigada Móvil de fundas antihurto, un elemento que impediría que se pueda arrebatar el arma a los agentes durante el desempeño de su labor.
El sindicato también ha destacado que estos sucesos ocurren en un contexto de nivel 4 reforzado de alerta antiterrorista, lo que convierte a los agentes en objetivos potenciales de ataques. Asimismo, recordaron que hace una década un delincuente empujó a las vías del Cercanías en Embajadores a un policía nacional, Javier Ortega, provocando su muerte instantánea.
Seguridad en el transporte público bajo escrutinio
Este incidente pone de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan diariamente los agentes en su labor de proteger a los ciudadanos en entornos como el transporte público. Tanto el SUP como otros colectivos de la Policía Nacional reiteran su petición de refuerzos materiales y humanos para hacer frente a este tipo de situaciones y evitar tragedias futuras.