Después de más de dos años de intensas negociaciones, España y Marruecos están a punto de hacer realidad la apertura de las aduanas comerciales en Ceuta y Melilla, un paso histórico que busca normalizar el comercio transfronterizo y fortalecer los lazos entre ambos países. Esta medida, acordada en abril de 2022 durante la visita del presidente Pedro Sánchez a Rabat, incluye la creación de una nueva aduana en Ceuta y la reapertura de la aduana de Melilla, cerrada unilateralmente por Marruecos en agosto de 2018.
En este sentido, la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh, confirmó este jueves que la reapertura de la aduana se está gestionando “a la mayor velocidad posible”. “Siempre he dicho y he mantenido desde que se cerró la aduana comercial en 2018 que este Gobierno iba a trabajar para poder reabrir con todas las garantías”, expresó Moh, mostrando su preocupación por la difusión de “informaciones no contrastadas en determinados medios de comunicación” que han generado gran incertidumbre entre los ciudadanos melillenses.
Asimismo, la delegada destacó que se están llevando a cabo “actuaciones coordinadas entre ambos países” para garantizar que el nuevo modelo aduanero cumpla con las necesidades y demandas del siglo XXI. “Hemos ido siempre dando pasos con el objetivo de conseguir un trabajo bien hecho y unos resultados óptimos, y se hará de manera progresiva hasta alcanzar la plena normalización”, concluyó Moh.
El contexto histórico y las consecuencias económicas para Melilla
El acuerdo de reapertura de la aduana comercial en Melilla, junto con la creación de una nueva aduana en Ceuta, es uno de los acuerdos derivados del giro histórico en la política exterior española con respecto al Sáhara Occidental, tras el apoyo de Pedro Sánchez a las aspiraciones de Marruecos en este territorio. Un cambio que buscaba fortalecer las relaciones entre ambos países, permitiendo la reapertura de una de las más importantes fuentes de ingresos para la ciudad.
Según datos de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), antes de su cierre, la actividad aduanera en Melilla generaba unos 40 millones de euros anuales, de modo que la reapertura de este eje comercial se había convertido en los últimos años en una de las demandas principales por parte de los sectores económicos locales.
No obstante, las condiciones impuestas por Marruecos, vinculadas a la aprobación marroquí de las exportaciones españolas y a las restricciones significativas sobre el lugar de origen de los productos, han suscitado numerosas críticas, especialmente en Melilla, donde los empresarios y las autoridades locales consideran que su autonomía y su estabilidad económica están siendo sacrificadas en beneficio de una relación más estrecha con Rabat.
Imbroda alerta sobre la pérdida de soberanía: “Melilla se consideraría como una ciudad marroquí”
Una de las voces más críticas ha sido la del presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Juan José Imbroda, quien ha manifestado su “rechazo rotundo” al acuerdo, asegurando que las condiciones planteadas por Marruecos implicarán una pérdida de soberanía económica y política para la ciudad.
En este sentido, Imbroda afirmó que “Melilla sería la gran perjudicada”, destacando que, mientras Marruecos podrá “vender a Melilla productos como áridos y alimentos”, los comerciantes locales solo podrán vender a Marruecos los productos fabricados en la ciudad, lo que representa una clara desventaja, ya que Melilla carece de fábricas o industrias capaces de producir a gran escala.
“Melilla se consideraría como una región más, una ciudad marroquí, en la cual se le podrían vender los productos que Marruecos quisiera y se le podrían comprar los productos que Marruecos quisiera, y eso quiere decir que la aduana comercial de Europa, la histórica con Marruecos, quedaría completamente anulada”, sentenció el presidente, adelantando que acudirá a instancias parlamentarias y judiciales para detener lo que considera como un “disparate colosal”.
Bajo este contexto, Imbroda ha solicitado al Ejecutivo nacional que inicie un diálogo con los representantes legítimos de los ciudadanos de Melilla, tal como lo establece la Constitución, expresando su preocupación por la falta de interés del Gobierno en tomar en cuenta la opinión de la mayoría de los melillenses, quienes han elegido a su gobierno para que actúe en este tipo de asuntos.
“Nos vamos a poner con todas nuestras fuerzas para que esto no suceda”, afirmó el presidente, instando a Sánchez a que “se quede quieto y no haga nada”, al tiempo que aseguró que lucharán en todas las instancias posibles para defender la economía de la ciudad ante la “peor” medida que el Gobierno español podría haber tomado “contra Melilla”.
Robles asegura que el Gobierno trabaja en Ceuta y Melilla como si fueran “una ciudad española más”
En respuesta a las acusaciones de Imbroda, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha enfatizado el compromiso del Gobierno de España con las ciudades de Melilla y Ceuta, asegurando que las gestiones en estas localidades se realizan con el mismo esmero que en cualquier otra región del país.
“Creo que nadie puede poner en cuestión que el Gobierno de España está trabajando por Melilla, por Ceuta, como si fuera una provincia, una ciudad española más”, sentenció la ministra desde Toledo.
No obstante, Robles prefirió no valorar los recientes comentarios del presidente de Melilla al asegurar que no tiene “elementos de juicio para entrar en las declaraciones del señor Imbroda”.