El juez Francisco de Jorge, de la Audiencia Nacional, ha dictado auto para proseguir con el juicio contra Ángel María Villar, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), en el marco del caso Soule, en el que se investigan irregularidades en contratos y actividades de la federación entre 2007 y 2017. El magistrado apunta a que Villar podría haber cometido delitos continuados de administración desleal, corrupción en los negocios, apropiación indebida y falsedad documental, ocasionando un perjuicio económico de más de 4,5 millones de euros a la RFEF.
El presidente de la Federación de Fútbol, 29 años de corrupción
En su resolución, el titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1 propone sentar en el banquillo de los acusados no solo a Villar, sino también a otras siete personas físicas y una jurídica, entre las que destacan su hijo, Gorka Villar Bollaín, y el exvicepresidente de la RFEF, Juan Antonio Padrón. Según el auto, Villar y Padrón habrían utilizado sus posiciones de poder para beneficiar económicamente a personas y entidades de su entorno, lo que habría causado graves perjuicios a la federación.
Contratos lesivos y amistosos de la selección
El juez detalla que las irregularidades incluyeron la obtención de contratos con condiciones económicas perjudiciales para la federación y el pago de retribuciones que no respondían a servicios reales o que se prestaron en condiciones distintas a las acordadas. Estas prácticas habrían provocado un daño económico total de 4.514.441,72 euros a la RFEF.
De forma más concreta, a partir de 2009, Ángel María Villar, en colaboración con su hijo Gorka, habría impuesto la selección de rivales para los partidos amistosos del equipo nacional con el objetivo de beneficiar económicamente a Sport Advisers SL, una empresa vinculada a Gorka Villar. Estas maniobras habrían generado ingresos mínimos de 366.583,08 euros para la compañía de Gorka, mientras que la federación habría sufrido un perjuicio económico de 3.830.000 euros.
Una investigación de más de una década
El caso Soule, que comenzó en 2017, investiga una supuesta trama de corrupción liderada por Villar durante su etapa al frente de la RFEF, un cargo que ocupó durante casi 30 años. El juez concluye que las pruebas recabadas apuntan a un aprovechamiento continuado de su posición para intereses personales y familiares.
Con este auto, se cierra la fase de instrucción de la pieza principal del caso Soule, y el juez abre la puerta a la celebración de un juicio en el que Villar y el resto de los acusados deberán responder por las acusaciones formuladas. El magistrado también señala que la actuación de los investigados habría dañado la imagen de la RFEF, una institución clave para el desarrollo del fútbol en España.
Este juicio marcará un hito en la lucha contra la corrupción en el deporte español, poniendo en el punto de mira la gestión de una de las federaciones deportivas más relevantes del país.