El hasta hoy portavoz del Grupo Parlamentario Vox en las Cortes de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ha anunciado su renuncia a todos sus cargos en el partido, manteniéndose únicamente como afiliado raso. La decisión, que el propio político ha calificado como «personal e independiente», ha sido comunicada a través de una carta publicada en la red social ‘X’, en la que también reconoce la existencia de «discrepancias con la dirección».
Deja su acta y se retira de la política activa por Vox
En el mensaje difundido, García-Gallardo ha detallado que, desde este lunes, abandona su cargo como portavoz en las Cortes, renuncia a su acta de procurador y deja de formar parte del Comité Ejecutivo Nacional de Vox. Con este movimiento, el que fuera vicepresidente de la Junta de Castilla y León vuelve a su actividad profesional privada como abogado, alejándose de la primera línea política.
«Vuelvo a mi condición de afiliado raso de Vox, retomando mi actividad profesional», ha señalado en su comunicado, donde también ha querido desmarcarse de otras desavenencias internas surgidas recientemente en el partido.
Se distancia de los críticos con la dirección
En su carta, García-Gallardo ha insistido en que su marcha no está relacionada con debates internos sobre la selección de candidatos ni con la postura del partido en el ámbito europeo, en alusión a las tensiones surgidas en los últimos meses sobre la alianza de Vox en el Parlamento Europeo.
«Mi decisión es personal e independiente«, ha afirmado, subrayando que su renuncia no tiene relación con las disputas que han llevado a otros afiliados a cuestionar a la dirección del partido. En este sentido, ha marcado distancias con los procuradores Ana Rosa Hernando, de Burgos, y Javier Teira, de Salamanca, quienes han expresado abiertamente su oposición a la estrategia de la formación y han participado en iniciativas que desafían el liderazgo de Vox.
Un paso atrás tras un periodo de tensiones internas
García-Gallardo, una de las caras más visibles de Vox en Castilla y León, ha sido una figura clave en el gobierno autonómico durante los últimos años. Su salida se produce en un momento en el que la formación atraviesa un periodo de reorganización interna y ajustes estratégicos de cara a futuras elecciones.
A pesar de su marcha de la política activa, el exvicepresidente castellanoleonés no ha cerrado completamente la puerta a su partido, ya que mantiene su militancia y no ha dado indicios de un posible acercamiento a otras formaciones.
Con esta renuncia, Vox deberá reorganizar su liderazgo en Castilla y León, donde sigue formando parte del Ejecutivo autonómico en coalición con el PP. Queda por ver cómo afectará este movimiento a la estabilidad del grupo parlamentario y si surgirán nuevas voces críticas dentro de la formación.