Sótanos, trasteros, locales comerciales, párquines subterráneos… fueron las construcciones más afectadas tras el paso de la DANA por la Comunidad Valenciana. Muchas de sus estructuras quedaron seriamente dañadas por la fuerza del agua y el lodo, que arrasaron todo lo que encontraron a su paso.
Ahora, cuatro meses después de una catástrofe que se cobró la vida de 224 personas y que quedará para los anales (trágicos) de la historia de España, el foco de muchas de las zonas afectadas está puesto en las ayudas que todavía no han recibido.
Y Belén, una de las vecinas afectadas de Paiporta, zona cero de la DANA, ha relatado a ESTRELLA DIGITAL uno de los graves problemas a los que están haciendo frente: la reparación de las estructuras de las viviendas.
Obras faraónicas de 1 millón de euros que los vecinos no pueden asumir
En su caso, ella vive en una urbanización de la zona nueva de Paiporta y el mejor presupuesto que han conseguido para acometer las obras necesarias en los bajos de las viviendas es de 1 millón de euros. Y es, según nos comenta, un «problema extendido a todas las urbanizaciones de Paiporta». En su caso, son 30 vecinos. «Es un gasto que no podemos asumir».
El presupuesto incluye, además de los garajes, la reparación de los motores de los ascensores, que están situado en la parte inferior de los edificios, al igual que las bombas de agua sanitaria. «Hay que cambiar todas las cañerías», especifica. Los sistemas contra incendios también se vieron afectados; los sistemas eléctricos; o las rejillas de ventilación y las puertas de los portales, «que se reventaron el día de la DANA», continúa.
Pero, lo más importante para la seguridad de los vecinos, es que las estructuras inferiores de los edificios estuvieron tres semanas «bajo tierra» literalmente por el agua y el lodo de la riada… y ahora están seriamente dañadas.
«Hay que cambiarlo todo, porque además hay grietas que, aunque se revisaron en un primer momento, no sabemos si volverán a inspeccionarlas para que nuestra seguridad esté garantizada», subraya Belén, que desde la DANA convive con una de esas grietas en su propia vivienda.
«El Consorcio, que tiene que cubrir los gastos de las reparaciones, sólo nos ha adelantado 30.000 euros»
Tras escuchar a Belén el relato de todas las obras que tienen que acometer en su urbanización, la siguiente pregunta que surge es inevitable: «¿Y quién cubre los gastos esas obras?». Belén responde que, «en principio, el responsable de cubrirlos es el Consorcio de Seguros», pero la cuantía de la valoración económica está «infravalorada», asegura.
Y lo que es peor aún: para que el Consorcio cubra gastos, «hay que ir presentando las facturas o los presupuestos para que te hagan un adelanto de dinero, pero en el caso concreto de mi comunidad de vecinos el adelanto fue de 30.000 euros», dice mientras se ríe… por no llorar. «Otras tuvieron más suerte -agrega- y les dieron 80.000».
«Con esa cantidad -prosigue- sólo nos dio para pagar a la empresa que sacó el barro; ni siquiera para la limpieza, porque a mi urbanización en concreto los militares llegaron el 29 de diciembre (dos meses después de la DANA) y nos echaron una mano para vaciar los trasteros de una de las plantas inferiores».
Belén es una de las muchas vecinas que, ante la impotencia, ha recurrido a la resignación
El Ayuntamiento también les ayudó a la extracción de lodo, «pero de la desinfección de edificios y viviendas tenemos que encargarnos y contratarlo nosotros». Y así todo.
En la comunidad de vecinos de Belén ya casi dan por perdida la reparación de los ascensores (al menos de momento) y explica que no pueden «aprobar una derrama» para hacer frente a todos los gastos «porque sería una cantidad tan grande por cada vecino que es inasumible», relata en un tono tan relativamente tranquilo que sorprende.
Y sorprende porque Belén es una de las muchas vecinas de Paiporta que, ante la impotencia, ha recurrido a la resignación para continuar viviendo, consciente de que ella misma volvió a nacer el día que ocurrió todo. «Otros no tuvieron tanta suerte», concluye.