miércoles, marzo 12, 2025
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El precio del acoso laboral: una profesora catalana recuerda su caso tras la sentencia de Navarra

El caso de una profesora despedida tras sufrir acoso laboral en Navarra ha hecho justicia, pero no todos los casos tienen un final feliz. Isabel Solà, una profesora catalana que vivió una situación parecida en 2018, recuerda en ESTRELLA DIGITAL cómo su caso no tuvo el mismo desenlace

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La reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), que ha confirmado la readmisión y la indemnización de 30.000 euros a una profesora despedida tras sufrir acoso laboral, ha llevado a Isabel Solà (nombre ficticio), una profesora catalana, a rememorar la situación similar que vivió hace siete años en su entorno laboral. Por desgracia, y a diferencia del caso de Navarra, el suyo no tuvo un final que involucrara a la Justicia.

Isabel Solà rememora su experiencia tras el fallo judicial de Navarra

Solà trabajaba como sustituta en un instituto público de la provincia de Gerona, cuando fue despedida en 2018 tras meses de presiones por parte de un compañero con el que compartía departamento. «No le gustaba que me llevara bien con los alumnos ni mi manera de enseñar, así que empezó con comentarios con segundas, y siguió desacreditándome a mí y a mis métodos con compañeros, e incluso a la dirección”, cuenta a ESTRELLA DIGITAL.

Según la profesora, el acoso se intensificó cuando entregó una queja formal a la dirección del centro. «Me dijeron que era mejor que pasara del tema, que no generara más tensión, básicamente que no dijese nada; llegaron a decirme que la profesora a la que sustituía decidió marcharse y que yo también tenía esa opción.”

Isabel cuenta cómo la situación siguió manteniéndose sin mejoras, pero que se desbordó cuando, en una reunión del Claustro, el compañero en cuestión, que resultaba ser primo hermano del director del centro, se dirigió a ella: «Voy a acabar haciéndote la vida imposible». Pocas semanas después, recibió la notificación de su despido.

La Dirección del centro se justificó expresando una «descoordinación con el equipo docente» y «tensiones innecesarias». Al intentar impugnar el despido, Solà se encontró con una falta de pruebas documentales para demostrar el acoso, algo que, según nos explica, le generó «una sensación de impotencia superior, en la que no era capaz de gestionar la frustración».

Solà no contó con el apoyo de sus compañeros y, sin testigos, decidió abandonar el caso

Tampoco contó con el apoyo de la mayoría de sus compañeros, testigos del acoso, que no quisieron saber nada del asunto. Sin recursos para sostener su defensa o tan siquiera iniciar un proceso judicial prolongado, decidió abandonar el caso. Esta situación afectó su salud mental al punto de tener que acudir a terapia y abandonar la enseñanza por dos años.

Ahora, al conocer la resolución del Tribunal Supremo de Justicia en el caso de la profesora navarra, Solà siente una mezcla de alivio y frustración. «Ahora que se habla mucho más de la importancia de la salud mental, me alegra que el acoso laboral se tome en serio a nivel jurídico, pero también me pregunto cuántos casos como el mío han quedado en la sombra por no tener los medios para asumirlos; ¿qué pasa cuando el mismo entorno le da la espalda a la víctima? Se puede llegar a pasar muy mal, además de las consecuencias económicas que tuve que asumir tras el despido«, se lamenta.

Final esperanzador para el caso de Navarra

El caso de Navarra, a diferencia del de Isabel, ha tenido un final esperanzador. Tal y como lo ha publicado el (TSJN), la profesora afectada será readmitida en su puesto de trabajo con las mismas condiciones que antes de perderlo, y recibirá una indemnización de 30.000 euros, además del pago de los salarios que dejó de percibir tras su despido.

El TSJN señaló en su sentencia que «las pruebas practicadas acreditan que la situación enjuiciada excede de un mero conflicto laboral«, estableciendo que la profesora sufrió una situación de hostigamiento que atentó contra sus derechos fundamentales.

Además, el tribunal ha desestimado el recurso interpuesto por el colegio, el director y el coordinador, subrayando que «se ha probado la existencia de un conflicto grave y prolongado, que se ha traducido en conductas vejatorias y actos de hostigamiento, con un evidente daño para la salud de la docente«.

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