Rafaela Santiago tiene 53 años, padece fibromialgia, asma y sufre ansiedad que se incrementa cada vez que recibe una notificación del Ayuntamiento de Madrid. Este viernes la inquietud ha vuelto a aparecer. Con las manos temblorosas muestra el último escrito enviado por el consistorio que ha confirmado sus temores: hoy mismo tiene que abandonar su vivienda. “Si me echan no se a donde voy a ir, me quedo en la calle”, explica Rafaela a Estrelladigital.es mientras prepara café en su diminuta cocina. Lo prepara para las decenas de personas que se han acercado esta mañana hasta su casa, en el corazón del barrio de Lavapiés, para mostrar su apoyo y tratar de frenar el desahucio. “Hace mucho frío y quiero agradecer toda la ayuda que me estáis dando”, comenta mientras reparte las tazas.
La puerta de la casa permanece abierta de par en par. Fotógrafos, amigos, familiares de Rafaela y miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca han llenado el salón del piso que apenas suma 50 metros cuadrados. Entran y salen mientras esperan ansiosos la llegada de la Policía y la Comisión Judicial que han anunciado que se presentarán a la una de la tarde. Todavía quedan dos horas. “Hemos dormido aquí con ella porque como está ocupando la casa la experiencia nos ha enseñado que en estos casos la Policía suele aparecer de madrugada para desalojar”, explica uno de los miembros de la PAH.
‘Fali’, como la apodan cariñosamente sus amigos, perdió su trabajo hace seis años y según explica a este diario, no tuvo “más remedio” que ocupar una vivienda porque se vio “sin nada, en la calle y con un hijo”. Desde entonces ha trabajado en lo que ha podido. De camarera, cuidando niños, limpiando casas… Decidió instalarse en un inmueble vacío en la calle Provisiones, propiedad del consistorio, pero con la intención de pagar un alquiler social. Sin embargo, no llegó a pactar un acuerdo con el Ayuntamiento. “Yo quiero quedarme aquí y pagar un alquiler social”, reclama Rafaela. De hecho, afirma que hay nuevos vecinos alojados en el inmueble con esa condición. “A mi no me dejan por haber ocupado”, lamenta.
Negociación
Puntuales, miembros de la Comisión Judicial escoltados por la Policía se han personado en la calle Provisiones para desalojar a Rafaela y a su hijo. En ese mismo momento los allegados de ‘Fali’ y un grupo de miembros de la PAH se han agolpado en el portal del inmueble para impedir el paso con gritos de “¡No toleramos ni un desahucio más!”.
Los abogados de la plataforma han tratado de mediar con el procurador de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo para alcanzar un acuerdo. Desde la PAH han pedido que se aplace el desalojo hasta el mes de junio, para no alterar la rutina del hijo de Rafaela que se encuentra en pleno curso escolar. Sin embargo, el procurador se ha negado y lo máximo que ha ofrecido ha sido el retraso del desahucio que finalmente será el próximo 20 de febrero. Finalmente ha tenido que abandonar la calle escoltado por agentes de la Policía, con la cabeza agachada mientras los amigos y compañeros de Rafaela gritaban “¡Vergüenza”.