La diferencia es significativa. Hace tan sólo una semana, el pasado jueves, el portavoz del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, esquivaba las cuestiones de los periodistas sobre quién sería el próximo candidato al ejecutivo regional. Aseguraba que todo estaba en el plano de la rumorología, recordaba que Ignacio González estaba siendo muy explícito en su intención de ser candidato y zanjaba seguir avanzando en la cuestión.
Siete días después, Victoria ha mostrado todo el apoyo a Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre en la rueda de prensa posterior al Consejo del Gobierno. Eludiendo dar una valoración sobre que la delegada del Gobierno de Madrid sea la candidata al ejecutivo regional, el consejero de Presidencia ha dicho que en el PP de Madrid ya tiene candidatas: “Todo el apoyo por parte de los afiliados y los responsables del PP”. El consejero de Presidencia confía en que las candidatas puedan renovar la confianza de los madrileños en Partido Popular.
La candidatura de Cristina Cifuentes lleva la firma de la casa. El presidente del Gobierno volvió a marcarse un “made by Rajoy”, e hizo conocer su decisión un viernes a última hora de la tarde. La notica era la misma, pero con los cortafuegos del fin de semana.
La anécdota recordaba así al rescate de la banca española. El sábado 9 de junio de 2012, doce días después de que Rajoy no diera explicaciones sobre si se pediría o no un rescate, Luis de Guindos anunciaba que España iba a pedir ayuda a la UE para sanear el sistema financiero. La cantidad prestada estaba en los 100.000 millones de euros, aunque el primer tramo que llegaría sería de 40.000 millones de euros. El anuncio se hizo a las 19:46 horas. De Guindos no utilizó la palabra rescate, sino inyección de capital. Y mientras él peleaba con los eufemismos, Mariano Rajoy no compareció y al día siguiente cogió un avión para ver el primer partido de España en la Eurocopa contra Italia.
Un año después Rajoy volvía a ponerse en el primer plano, pero el del plasma, para hablar a la prensa desde un segundo plano, el que le propiciaba una sala cerrada y rodeado exclusivamente por su equipo de Gobierno. Mariano Rajoy comparecía así el 2 de febrero de 2013 para hablar por primera vez y con varios días de retraso de los ‘papeles de Bárcenas’, la supuesta contabilidad B, los famosos sobres y lo relativo a las cuentas en Suiza del extesorero. Lo negó todo, y cuando dijo “me pongo a disposición de vuestras preguntas” no se refería a las de la prensa, sino a las de sus compañeros de ejecutivo. Dos meses más tarde, en marzo de 2014, volvió a repetir la juzgada. Pese a haber sido el blanco de crítica de la prensa extranjera por su comparecencia a través de un monitor, Rajoy volvió a salir por segunda vez desde el plasma para hablar de Bárcenas. El presidente del Gobierno alarga decisiones, las piensa, medita, pero no las dice: las firma con un “made by Rajoy”.