Están repartidas por todo el parque, cerca de las cafeterías, los niños corretean alrededor de ellas, algunos se sientan en los bancos sin reparar en lo que tienen cerca y otros, con la llegada del buen tiempo, toman el sol casi encima. Juan José Fuentaja tiene 46 años y es profesor de Tecnología. Es vecino del distrito de Arganzuela y en su tiempo libre gestiona y preside la Asociación de Vecinos Nudo Sur. Su lucha dura ya seis años: pide al Ayuntamiento información y transparencia sobre la posible contaminación que genera el soterramiento de la M-30 en Madrid Río. La organización sostiene que las rejillas de ventilación de esta zona verde expulsan los humos de los miles de vehículos que cada día circulan por la vía de circunvalación. “Esto es un ajardinamiento encima de una autopista. Son bloques de hormigón y por algún lado tiene que salir el humo. Por aquí salen los humos de los miles de coches que cada día viajan por la M-30”, asegura Fuentaja señalando una de las rejillas.
La asociación sospecha que a través de estas “chimeneas”, que el Ayuntamiento denomina “transparencias”, se cuela la polución del soterramiento. En numerosas ocasiones han solicitado información y datos al consistorio. Sin embargo, nunca han obtenido respuesta. De hecho, no existen estaciones de medición de polución en la zona. En el año 2011, el Ayuntamiento decidió cambiar de lugar la estación de medición de la contaminación del aire ubicada en la plaza Luca de Tena, que casualmente era una de las que peores registros acumulaba año tras año. “Hemos pedido al Ayuntamiento que instale estaciones de medición, pero siempre se ha cerrado en banda. La más cercana que teníamos era la de la plaza de Luca de Tena, pero como siempre daba los picos de contaminación en Madrid se la llevaron a un sitio más tranquilo, con menos tráfico y menos contaminación”, explica Fuentaja.
La organización lamenta no tener sus propios medidores para demostrar datos concretos, pero asegura que los aparatos suponen un enorme coste. “Un medidor de contaminación en condiciones vale dinero y nosotros no lo tenemos. Tienen que ser las instituciones las que los instalen. ¿Por qué no han puesto uno en una obra que ha costado siete mil millones de euros? Porque no han querido, porque podríamos cargarnos su discurso con datos”, defiende Fuentaja. Aun así, los miembros de la asociación están convencidos de que la polución del túnel traspasa los respiraderos del parque. “Si pusiéramos aquí una estación de medición obtendríamos un nivel de contaminación superior al que puede haber en una calle de Madrid que tenga un tráfico normal, de barrio, pero la gente lo asocia con que es un sitio verde, una zona de hacer deporte y de ocio”, denuncia Fuentaja.
La Asociación de Vecinos Nudo Sur ha trabajado codo con codo con Ecologistas en Acción (EA) y ambas organizaciones coinciden en el silencio del Ayuntamiento respecto a la contaminación en la capital y en la zona de Madrid Río. Francisco Segura, portavoz de EA, denuncia la falta de información sobre el funcionamiento de los túneles y los filtros que supuestamente frenan la polución y el aire sucio. “No tenemos mediciones del interior de los túneles, aunque nos consta que el consistorio las hace, como nos consta que en los atascos y en situaciones de congestión la situación es realmente mala. No sabemos bien el nivel de contaminación de dentro de los túneles, no lo que sale de las chimeneas. No sabemos qué mantenimiento se está haciendo de los supuestos filtros que hay en los distintos respiraderos”. Segura denuncia el mismo problema que señala Fuentaja: la falta de medios para lograr datos precisos. “No tenemos toda la información y no se pueden hacer afirmaciones contundentes. Te lo puedes imaginar, pero los equipos para tomar esas medidas son muy caros, están fuera de nuestro alcance”.
Ambas asociaciones defienden la misma teoría: el aire y el humo que generan los vehículos que transitan por la M-30 no quedan atrapados en el interior del túnel. “Tiene que salir por algún lado y por donde sale es por los respiraderos donde supuestamente hay unos filtros que supuestamente funcionan siempre. Pero si algún día no funcionan o funcionan de forma defectuosa por recortes o mal mantenimiento, no te enteras”, dice Segura. También denuncia que el consistorio se ha encargado de no dejar rastro. “Realmente no existe información, el Ayuntamiento solo facilita la de sus veinticuatro estaciones medidoras que están distribuidas por toda la ciudad, en algunos parques, como en la Casa de Campo. Esa es la información que da, el resto no la facilita. Pedimos información desde la inauguración del túnel en 2007, pero nunca obtuvimos respuesta”.
Este diario se ha puesto en contacto con la consejería de Medio Ambiente del Ayuntamiento y su respuesta ha sido remitirse a la página web del consistorio para consultar los datos. En uno de los apartados de la página aparece el Mapa de la Red de Vigilancia que muestra los índices las estaciones medidoras distribuidas por la capital y todos aparecen como “buenos” o “admisibles”. Si embargo, el pasado mes de enero, Ecologistas en Acción denunció que en tan sólo cuatro días Madrid superó el límite de contaminación del aire permitido para 2015.